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Casco romano frente al Coliseo de RomaPixabay / Getty Images

Un hallazgo que desafía todo lo que conocemos sobre las migraciones: analizan el ADN de un romano con sangre vikinga

Gracias a Twigstats, una de las herramientas genéticas más precisas de los últimos años, se han localizado restos escandinavos en Gran Bretaña siglos antes de la invasión vikinga

Históricamente, la invasión vikinga de Inglaterra por el Gran Ejército tuvo lugar a finales del siglo IX —entre 865 y 878—. Estos movimientos que acabaron conformando los actuales pueblos de Gran Bretaña han sido el foco de generaciones de controversia académica. De hecho, según recientes estudios, la presencia norteña o vikinga en las islas británicas podría haber tenido lugar muchos siglos antes.

Para encontrar más detalles tenemos que retroceder a la ciudad inglesa de York. En el año 2004 los investigadores excavaron más de ochenta tumbas, encontrando cuerpos con heridas —algunos de ellos sin cabeza— como resultado del ataque de animales de gran tamaño. Esto hizo sospechar a los expertos de que se encontraban ante decenas de gladiadores que provenían de partes lejanas del Imperio Romano. Ahora, esta teoría ha cobrado más fuerza que nunca.

Esqueleto romano encontrado en el cementerio romano de YorkYork Archaeological Trust

Investigadores del Francis Crick Institute de Londres han analizado 1.556 genomas de personas que vivieron en el continente europeo entre el 500 a.C. y el 1000 d.C, entre ellas los restos hallados en el cementerio de York. Tal como ha detallado la investigación, liderada por Leo Speidel y Pontus Skoglund, uno de los restos pertenecerían a un hombre que vivió en la ciudad entre los siglos II y IV d.C. En concreto, el análisis genético de este soldado romano reveló que tenía sangre vikinga en sus venas, ya que el 25 % de sus antepasados procedían del norte de Europa. De hecho, la hipótesis más clara sobre el origen de este gladiador es que sus antepasados migraron hacia el sur desde el norte de Alemania o Escandinavia a principios del primer milenio.

El hallazgo, publicado en la revista Nature, revela que este sujeto se encontraba en las Islas Británicas siglos antes de la llegada masiva de la población escandinava a sus costas. Para llegar a esta conclusión que arroja un poco de luz sobre los movimientos migratorios producidos en los últimos siglos, los expertos utilizaron una herramienta llamada Twigstats. Esta nueva aplicación habría permitido a los investigadores analizar las distintas mezclas entre varios grupos poblacionales. De hecho, Twigstats se encargó de analizar mutaciones más recientes con el objetivo de mostrar conexiones entre personas y, de esta forma, reconstruir ancestros genéticos a lo largo de los siglos.

«Twigstats abre la emocionante posibilidad de resolver finalmente cuestiones cruciales», detalló Peter Heather, coautor del artículo.

«Las fuentes históricas indican que la migración jugó algún papel en la reestructuración masiva del paisaje humano de Eurasia occidental en la segunda mitad del primer milenio d. C., que creó por primera vez los contornos de una Europa política y culturalmente reconocible. Pero la naturaleza, la escala e incluso las trayectorias de los movimientos siempre han sido objeto de acalorados debates», concluye el profesor de Historia Medieval en el King's College de Londres.

Finalmente, la investigación revela que esta ascendencia vikinga se habría encontrado en personas que vivieron en el sur de Alemania, Italia, Polonia, Eslovaquia y el sur de Gran Bretaña entre el 500 a.C. y el 1000 d.C. El hallazgo de este 'gladiador vikingo' no es el único, ya que la investigación también habría localizado una persona en el sur de Europa cuya ascendencia habría sido escandinava en su totalidad.