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María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)

María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)EFE

María Blasco afirma en su despedida que «en la vida hay que saber marcharse» un día después de negarse a dimitir

  • En el texto, al que ha tenido acceso El Debate, Blasco ha compartido sus impresiones al frente del centro durante los últimos 14 años

  • La exdirectora destaca que su marcha se había pactado con la ministra de Ciencia, Diana Morant, a pesar de que en los últimos días se ha negado a dimitir por voluntad propia

El cese de la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, no ha dejado indiferente a nadie. Horas después de que el patronato acordara por unanimidad su marcha, la ya exdirectora compartía una carta a sus trabajadores. En el texto, al que ha tenido acceso El Debate, Blasco ha compartido sus impresiones al frente del centro durante los últimos 14 años. Asimismo, destaca que su marcha se había pactado con la ministra de Ciencia, Diana Morant, a pesar de que en los últimos días se ha negado a dimitir por voluntad propia.

A continuación puedes leer íntegra la carta que la exidectora del CNIO ha mandado a sus trabajadores:

«Dicen que somos dueños de nuestras palabras, pero esclavos de nuestro silencio. Y, como escribió Shakespeare en La Tempestad, la verdad no hará libres, pero antes nos hará sufrir. 
Así es como me he sentido estas últimas semanas. Cuando he expresado en palabras la verdad y he sufrido mucho con los silencios.

Soy, ante todo, una servidora pública. Y mi posición durante 14 años siempre ha sido clara: este puesto está siempre a disposición para que otra compañera/o investigador construya sobre lo logrado. Siempre sujeto, por tanto, como dicen los Estatutos de la Fundación, a lo que estime el Patronato. En la vida hay que saber llegar y saber marcharse. Ni la llegada a la dirección científica fue fácil ni la salida lo ha sido. Hoy puedo decir públicamente que había acordado con el Secretario de Estado de Ciencia en 2024 un cambio de Dirección. Y que mi deseo se había comunicado a la Ministra Morant. Acordamos que el relevo se realizara de manera ordenada y tranquila en beneficio de la institución y mi labor de 14 años al frente del CNIO.

Desde el inicio de mi mandato en 2011 recomendé que el Patronato finalizara con la bicefalia y se produjera el cese del Director Gerente, que es la persona que decide todas las contrataciones del CNIO y el único que tiene firma. Celebro la decisión del Patronato extraordinario de hoy que ha decidido su destitución 14 años después. Lo hemos conseguido. Mi salida tenía que producirse porque 14 años son muchos. Y el CNIO está por encima de todos nosotros.

A pesar de que se ha orquestado una campaña de desinformación con el objetivo de deshumanizarme con todo tipo de bulos, que todos conocéis y sabéis que es falso, y de atentar contra mi honorabilidad, no nos hemos arrugado en el momento decisivo y no nos han doblegado. Nunca jamás haría algo así. Todo este tiempo, sobre todo, estas últimas semanas en que he estado a merced de todas las tempestades en soledad, me he dedicado a defender lo único importante: al equipo del CNIO y, cómo no, la gestión del equipo de dirección científica que hemos estado al frente de esta institución. Gracias Oscar Llorca y Oscar Fernández-Capetillo, gracias Roke Oruezábal, gracias a todo el equipo, Comunicación, Filantropía, Ciencia y Sociedad, Eventos, Gestión Científica, Oficina de la Mujer y Diversidad. Lo repito: no he querido ganar ninguna batalla mediática, sólo ganar la batalla al cáncer.

Quiero dar las gracias en mayúsculas al CNIO por estos 14 años. Gracias a la casa de la que he sido la cara visible durante 14 años. He trabajado de la mano de distintos gobiernos y de diferente signo político con las dificultades y equilibrios que conlleva. Gracias también a todos ellos y a sus presidentes del Gobierno. Y gracias, me emociona escribirlo y se me humedecen los ojos, a la gran profesionalidad y compromiso de tantos y tantas altísimos profesionales y magníficas personas que han estado al frente del Patronato del CNIO y con quienes he tenido el placer, y digo placer, de escucharles, aprender de ellos y compartir todos estos años pasados. Gracias CNIO siempre, de corazón.

Hay palabras y silencios. Y, como continuaba Shakespeare en el mismo libro «siempre nos quedará la memoria. El pasado ya es solo el prólogo». Nos volveremos a encontrar en el futuro».

María Blasco

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