
Ejemplar de alga roja o rodófita
Ciencia
Un microorganismo en el infierno: el alga que sobrevive en ácido y calor extremo
La investigación, publicada en Plant Physiology, reveló que la especie Cyanidioschyzon merolae vive en aguas con una acidez similar al jugo gástrico y a temperaturas de hasta 50 °C
En las profundidades más inhóspitas y extremas de nuestros océanos, algunos microorganismos han encontrado una sorprendente forma de sobrevivir. En Italia, concretamente en los Campos Flégreos —al noroeste de la ciudad de Nápoles—, una diminuta alga roja ha logrado prosperar contra todo pronóstico. Se trata de Cyanidioschyzon merolae, un organismo unicelular que sobrevive en aguas volcánicas ácidas y a temperaturas inusualmente extremas.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, ha demostrado la sorprendente habilidad de esta alga para realizar la fotosíntesis en estas condiciones.
La investigación, publicada en Plant Physiology, reveló que Cyanidioschyzon merolae vive en aguas con un pH inferior a 2 —dato similar de acidez al registrado por el jugo gástrico— y con temperaturas que pueden llegar a superar los 50 °C. A pesar de este ambiente en el que no sobreviviría ningún organismo, esta alga ha llegado a prosperar gracias a una impresionante habilidad de captación de dióxido de carbono (CO₂), lo que ha supuesto un auténtico seísmo para la comunidad científica.
«Un gran reto en este estudio fue entender cómo todos los parámetros que introducíamos en nuestro modelo interactuaban entre sí», confirmó Joshua Kaste, coautor del estudio.Una de las grandes conclusiones de la investigación reveló que este organismo en concreto puede llegar a sobrevivir en distintas condiciones por muy extremas que sean. En concreto, de las 240.000 combinaciones analizadas, el 6 % tuvieron un mecanismo de concentración de carbono (CCM, por sus siglas en inglés) energéticamente eficiente.

Cyanidioschyzon merolae, una pequeña alga unicelular
En la mayoría de los organismos fotosintéticos, la enzima rubisco es la encargada de fijar el CO₂. Sin embargo, el alga logra captar y utilizar dicho gas con una eficiencia inusualmente alta, dando a entender que ha desarrollado una estrategia completamente diferente para llevar a cabo la fotosíntesis.
«La afinidad celular de Cyanidioschyzon merolae por el CO₂ es más fuerte que la afinidad de su rubisco por el CO₂», afirmaron los autores. En resumen, la investigación ha demostrado que el organismo tiene una afinidad excepcional con el CO₂, lo que le permite maximizar su eficiencia fotosintética incluso en ambientes con bajos niveles de carbono inorgánico como los registrados en aguas italianas.
El reciente hallazgo no solo supone una auténtica revolución biológica, sino que podría representar una solución innovadora para llevar a cabo estrategias en la ingeniería genética para mejorar la productividad de plantas en suelos pobres o en ambientes con alta acidez. Asimismo, la investigación destacó el gran papel de la inteligencia artificial, ya que el equipo utilizó un sistema de aprendizaje automático para ver qué parámetros tenían mayor impacto en la eficiencia energética del organismo.
Asimismo, Cyanidioschyzon merolae podría ser clave para desarrollar cultivos más resistentes en condiciones extremas y, con esto, poder estudiar nuevas formas de vida en otros planetas.