
Cuevas de Sterkfontein, ubicadas en la Cuna de la Humanidad, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en Krugersdorp, cerca de Johannesburgo
Ciencia
Reabre el yacimiento sudafricano que guarda los secretos del origen del hombre
Antes del cierre hace tres años, las cuevas recibían hasta 100.000 turistas anualmente
Las cuevas de Sterkfontein, ubicadas a unos 50 kilómetros al noroeste de Johannesburgo, han vuelto a abrir sus puertas al público esta semana tras permanecer cerradas durante casi tres años debido a una inundación. Este enclave, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es conocido como la «cuna de la humanidad» por la abundante presencia de fósiles de Australopithecus, antepasados del ser humano moderno.
Con esta reapertura, el sitio ofrece una experiencia renovada que permite a los visitantes acercarse más directamente al trabajo científico. Itumeleng Molefe, uno de los excavadores que participa en las tareas de investigación, busca con esmero entre la tierra restos óseos de antiguos homínidos. «Mi meta es encontrar aquí huesos importantes», expresó este trabajador de 40 años, quien se incorporó al equipo en 2013. Desde entonces, su hallazgo más relevante ha sido el hueso de la mano de un homínido.
Molefe no es ajeno a este lugar histórico: su propio padre formó parte del grupo que descubrió uno de los fósiles más emblemáticos de Sudáfrica, conocido como «Pie Pequeño». Este esqueleto, cuyo nombre se debe al tamaño de los huesos hallados en la década de 1990, representa el ejemplar más completo de un Australopithecus hallado hasta la fecha, con una antigüedad estimada entre 1,5 y 3,7 millones de años.
«Pie Pequeño» pertenece a una rama del árbol evolutivo humano denominada Australopithecus, literalmente «simio del sur», una especie que combina características de simios y humanos y es considerada antecesora directa del Homo sapiens.
Cuevas de Sterkfontein, ubicadas en la Cuna de la Humanidad, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en Krugersdorp, cerca de Johannesburgo
La Universidad de Witwatersrand, que gestiona el yacimiento y el museo adyacente, ha subrayado la importancia de esta reapertura. Según Nithaya Chetty, decano de la facultad de Ciencias, «esta reapertura representa una evolución importante en cómo compartimos la historia de los orígenes humanos». El profesor añadió que «los visitantes ahora tienen oportunidades únicas de interactuar con la ciencia y la investigación vivas, todo ocurriendo en tiempo real».
Antes del cierre, las cuevas recibían hasta 100.000 turistas anualmente. El profesor Dominic Stratford, arqueólogo de la Universidad de Witwatersrand, lamentó los efectos del parón: «Todos sentimos que algo faltaba», declaró, recordando con nostalgia los autobuses escolares que solían llegar con regularidad.
Para enriquecer la experiencia del visitante, se ha instalado una muestra temporal en el museo donde se exhibe el cráneo de la conocida como «Señora Ples», el más completo de un Australopithecus africanus, hallado en 1947.
Durante la visita, los turistas pueden recorrer un trayecto de casi tres kilómetros por el interior de las cuevas, guiados por expertos como Trevor Butelezi, quien destacó la belleza del lugar: «Realmente es una hermosa cavidad», afirmó. Mientras señalaba un pasaje que lleva a un lago subterráneo, Butelezi citó al reconocido paleontólogo Phillip Tobias: «África da origen a la humanidad y eso no es algo menor».
Pese a la reapertura, quienes deseen ver el esqueleto original de Pie Pequeño tendrán que esperar hasta septiembre, cuando se prevé su próxima exhibición pública. El fósil, que tardó dos meses en ser extraído y ensamblado, se presenta únicamente en ocasiones especiales.