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Victoria Abril, participante de MasterChef Celebrity

Hay una impostora en ‘MasterChef’

Victoria Abril llama «locos» a los chefs por expulsar al cubano Yotuel y mantenerla a ella

«¿Pero estáis locos? Este es el mejor. Uno de los mejores. En equipos y en todo. ¿Qué vamos a hacer sin él?», clamó Victoria Abril. «Yo estoy contigo, Victoria», la secundó Terelu Campos. Hablaban, una y la otra, del cantante cubano Yotuel, que acababa de ser expulsado de MasterChef Celebrity por culpa de un mal postre. Lo asombroso es que sus dos grandes defensoras, Victoria y Terelu, eran las dos grandes beneficiadas por la loca decisión del jurado. Salvaron el cuello porque los chefs decidieron sacrificar al menos famoso Yotuel. Se acrecienta así el síndrome de la impostora de la actriz, quien califica como «morralla» su aportación culinaria.

El drama de Victoria

El cuarto capítulo de MasterChef acabó como empezó, con Victoria Abril como protagonista, en este caso de un drama en diferido. La actriz inició el programa un tanto compungida, como superada por una emoción interna. «Cuéntalo, cuéntalo si quieres», la animó Verónica Forqué. Y lo contó.

Resulta que a su anciana madre la cambiaron de residencia «y al cuarto día» le sirvieron «un arroz duro, seco, sin grasa, muy al dente… y se atragantó». Decidieron entonces ponerle «un régimen de líquidos». El día anterior a la grabación del programa emitido anoche, Victoria fue a verla. Y vio a su madre «harta». «Me pidió tres veces eutanasia, por caridad», afirmó, y empezó a llorar. «Bueno, Victoria, esperemos que se recupere pronto», animó el chef Pepe Rodríguez, restando miga a un asunto que –a falta de más datos– no parecía ser, ni de lejos, causa de eutanasia.

Contó que ella intentó poner de su parte para solucionar el problema. Le llevó a la residencia «un arroz caldoso, con bogavante». Pero el personal del centró se negó a servir ese plato a su madre. «Hay que confiar en los profesionales, que seguro que le estarán dando lo mejor –zanjó Rodríguez–. Le mandamos mucha fuerza desde aquí».

Un plástico en el pescado, aportación culinaria de Victoria Abril y Juanma Castaño

Es de suponer que la madre de Victoria Abril superó ese mal momento, pues no hay noticia de un fatal desenlace ni MasterChef hizo alusión a él. Este programa se grabó entorno a la primera semana de junio, pues fue en esas fechas cuando el equipo y los aspirantes visitaron A Coruña, que es la ciudad en la que tuvo lugar la prueba de exteriores.

Escabechina de salmón

La primera prueba consistió en emular a Paul Bocuse y replicar su lubina en costra con salsa choron pero con un salmón. Solo a uno de los concursantes, Yotuel, se le dieron todos los pasos de la receta. Aunque la organización le permitía guardarse la información para él, tuvo la cubana generosidad de revelársela a sus compañeros.

Los aspirantes cocinaron por parejas. Hubo una de sevillanas (Belén López y Carmina), otra de televisivos (Miki Nadal y Terelu Campos), una de jóvenes (Arkano y Eduardo Navarrete), un maridaje entre cine y deporte (Victoria Abril y Juanma Castaño), un dúo de cantantes (Yotuel y Bustamante) y otro formado por los dos menos célebres de esta edición (Julian Iantzi e Iván Sánchez).

Verónica Forqué se quedó sola, y tuvo que cocinar con la invitada, la siempre intensa Ofelia, la gallega semifinalista de la última edición de MasterChef. Hubo tensión entre ellas: «¿Sabes lo que es estar callada? Es muy agradable de vez en cuando», le espetó la actriz en un determinado momento. La sangre no llegó al río, pero sí al plato, pues la mitad del salmón quedó muy crudo, hasta el punto de que Verónica y Ofelia pidieron a los chefs que ni lo comiesen; la otra parte quedó rica, y eso las salvó del bochorno. Parecía que nadie podría caer tan bajo en el cocinado, pero lo lograron dos parejas, lo que demuestra el bajísimo nivel de la presente edición. La formada por Miki Nadal y Terelu fue una de ellas. Juanma Castaño y Victoria Abril formaron la otra. Fueron los causantes de la ‘Escabechina de Bergen’: «Echadme, por favor», pidió el periodista a los jueces, que bien poco se indignaron con aquel plato, que hasta incluía una sorpresa: un plástico. Y precisemos que no lo traía del mar, sino del mercado.

En el otro extremo, el del saber, se situaron Belén López y Carmina: las sevillanas lo bordaron y fueron elegidas como el mejor dúo de la prueba.

Maltrato del pescado

Bajo la Torre de Hércules, el faro que lleva dos mil años iluminando la costa coruñesa, se inició la prueba de exteriores. El chef local Luis Veira (una estrella Michelin) diseñó un mení con sabor atlántico: steak tartar de vaca gallega (entrante), bogavente con jugo de algas, percebes y patatas de Betanzos (primero), merluza a 63 grados con pil-pil de pimientos de Padrón (segundo) y membrillo con espuma de queso de O Cebreiro (postre).

El equipo azul –Julian Iantzi (capitán), Carmina, Arkano, Eduardo Navarrete, Iván Sánchez y Verónica Forqué– cocinó el entrante y el segundo. Estaba en inferioridad numérica respecto al conjunto rojo, integrado por Miki Nadal (capitán), Juanma Castaño, David Bustamante, Yotuel, Terelu, Belén López y Victoria Abril. Según la protagonista de Átame, no había tal superioridad: «Aquí estamos las dos morrallas», dijo divertida. Se refería a ella y a Juanma Castaño, que la habían liado en la prueba anterior.

Las lágrimas de Terelu

Las palabras de Victoria Abril fueron la antesala del desastre. Ella colaboró con mala leche al mal ambiente de su equipo, que fue un desastre de principio a fin. En el primero, el jugo de algas se quemó y el puré de patatas de Betanzos se cortó. Según los comensales, lo mejor del plató fue… el vino. El postre incluía unos espaguetis de membrillo que no se pudieron presentar porque Miki Nadal los regó, sin querer, con sal. Fue una de los cocinados más desastrosos de la historia de MasterChef Celebrity: «Estaban todas las elaboraciones mal hechas», admitió Belén López. Terelu se echó a llorar «por vergüenza». El resultado fue tan lastimoso que lo más positivo que pudo decir el chef Luis Veira fue un comentario irónico: «Repetiríamos la experiencia de veros aquí, pero no de comer».

El equipo azul, en el que sobresalieron Iván Sánchez y Carmina, ganó muy de largo.

Yotuel, a la calle

La plaza de expulsado quedó así entre Miki Nadal, Juanma Castaño, David Bustamante, Yotuel, Terelu, Victoria Abril y Belén López. Seis de ellos partían con un objetivo: evitar la expulsión. Una prefería no hacerlo: «Estoy con el síndrome del impostor. Quiero irme antes de que esto se convierta en una jauría de hienas», anunció antes del cocinado Victoria Abril, también molesta porque Yotuel la acusó de sembrar mal rollo en el equipo en la prueba de exteriores.

Este reto final fue dulce. Consistía en elaborar un postre. De tema libre, como aquellas redacciones del cole. En la mitad del cocinado, con los aspirantes sudando para sacar adelante el plato, los chefs dieron una vuelta de tuerca más a su sufrimiento: se les antojó un helado de aceite oliva virgen extra. Por los fogones se pasó Mario Vaquerizo, finalista de la tercera edición, para endulzar aún más el cocinado.

Belén López hizo «un pedazo de postre», una tarta Pavlova de chuparse los dedos. Yotuel se quedó corto de azúcar y chocolate en su bizcocho. Los lingotes de piña de Miki Nadal lograron el aprobado. El elaborado bizcocho de Bustamante sobre una sopa de frutos rojos alcanzó al sobresaliente: «La sopa de frutos rojos es de lo mejor que hemos probado aquí en mucho tiempo», elogió Pepe Rodríguez. El cremoso de coco con arroz crudo de Terelu fue muy criticado por los chefs. El postre de pera de Juanma Castaño quedó muy rico. Victoria Abril hizo un variado de frutas «un tanto infantil» y acabó llorando tras presentarlo, dolida al no sentirse querida por sus compañeros.

Belén López y David Bustamante fueron los mejores y los primeros en subir a la galería. El siguiente fue Juanma Castaño. El cuarto, Miki Nadal. La expulsión estaba entre Yotuel, Terelu y Victoria Abril. Cuando sonó el nombre del cubano, Victoria Abril saltó como un resorte: «¿Pero estáis locos?», interrogó a los chefs. «¿Qué dices?», preguntaba Bustamante, incrédulo, ya desde la galería. «Somos hermanos, se me va mi mitad», lloraba como cuando sus lágrimas lo lanzaron a la fama en Operación Triunfo 1. Yotuel fue el sacrificado para mayor gloria futura de Terelu, Victoria y el share del programa.