SERIE
'El juego del calamar' ya es motivo de sanción en los colegios
Algunas escuelas europeas sancionan a los niños que imitan los violentos juegos de la serie de Netflix
El escondite inglés era un inocente juego infantil –en realidad, per se, lo sigue siendo– hasta que El juego del calamar lo tiñó de sangre en su versión Luz verde, luz roja del primer capítulo de la serie surcoreana. En ese impactante primer episodio de El juego del calamar –el estreno más visto en la historia de Netflix con más de 111 millones de visionados en todo el mundo en sus primeros 17 días–, el juego se convierte en una macabra prueba de supervivencia: cada participante que se mueva a destiempo resulta abatido.
Ese y otros juegos de la serie están cada vez más presentes en los patios de los colegios de muchos países. En España hay centros educativos como el colegio Teresa de Calcuta de San Sebastián de los Reyes, en Madrid, que han enviado una circular a los padres para alertarles de que El juego del calamar no es una serie para niños.
El juego del calamar es una serie no recomendada para menores de 16 años. Aun así hay muchos niños que ya la han visto, tanto en solitario como, incluso, en compañía de sus padres. Ante la proximidad de Halloween, la escuela se ha adelantado y ya ha prohibido los disfraces inspirados en El juego del calamar.
El juego 'Luz verde, luz roja' a puñetazos
Esta tendencia está creciendo en las últimas semanas y se extiende a otros países de Europa. Algunas escuelas de Reino Unido han prohibido las imitaciones violentas de El juego del calamar en sus dependencias y han advertido a los padres de sus alumnos que no tolerarán comportamientos violentos como los de la serie. En caso de producirse serán objeto de sanción.
La versión del juego Luz verde, luz roja de la serie que se ha detectado en un colegio de Bélgica tiene poco de inocente y mucho de violenta: los menores daban un puñetazo en la cara a cada niño que se moviera cuando no correspondía. Es su forma de imitar la siniestra eliminación de los participantes en la primera prueba de El juego del calamar.