Gunther o el eterno secundario

En materia de Friends, suele haber dos tipos de personas, los que pensaban que Rachel y Ross se habían tomado un descanso y los que (con carta de 18 páginas mediante) creemos que no.

Pertenezcas a uno o a otro, con toda probabilidad estés de acuerdo en que la presencia de Gunther (James Michael Tyler) como third wheel de la pareja era uno de los mejores puntos de la serie. Y no porque supusiese una amenaza para su relación (menos mal), sino más bien por representar ese amor idealizado y desmedido hacia Rachel y, por ende, odio generalizado a Ross (vale, lo admitimos, a veces, a nosotros tampoco nos despertaba mucha simpatía).

Seamos del equipo Ross o no, los guionistas encontraron su filón en Gunther cuando, después de 33 episodios decidieron convertir a aquel camarero del Central Perk que siempre aparecía al fondo del plano limpiando tazas o sirviendo cafés en el séptimo protagonista. Porque, efectivamente, después de los seis amigos, él es el que más veces aparece en escena. Su figura se convirtió en el eterno secundario, más incluso que la menospreciada Janice con su tortuoso Oh, Dios mío. Y eso que no pronunció nunca más de tres frases seguidas.

Fueron suficientes, en cambio, para ir ganándose a los espectadores. Con sus frases prácticamente monosilábicas, pero también con sus apariciones mudas. Los gestos que el bartender ponía cada vez que alguno de los personajes mencionaba a Rachel eran totalmente memorables. Todo su papel giraba en torno a la figura de la ex camarera y siguió siendo así durante los 185 episodios en los que apareció.

Y eso que empezó por casualidad. Los productores creyeron que había que darle veracidad a la ficción y, como, el actor trabajaba como camarero en la cafetería Bourgeois Pig, de Los Angeles, le contrataron como figurante. En realidad, sumó puntos al decir que era el único que sabía cómo funcionaba una máquina de café y los convenció al completo con su rubio oxigenado.

Un amigo suyo, estudiante de peluquería, experimentó con su pelo el día antes de presentarse a la audición sin saber que sería su seña de identidad durante años. Con el tiempo, el chico del café tomó nombre propio y Gunther se convirtió en el eterno secundario de una serie imposible de olvidar.