Cine
Ridley Scott, una carrera brillante hasta en la sombra
En la filmografía del director, que estrena 'El último duelo', hay más éxitos que decepciones (que las hay)
Con El último duelo, la película que este viernes ha estrenado en los cines, Ridley Scott añade una línea más a una filmografía única… en todos los sentidos. Única por los excelentes títulos que incluye, desde su primera etapa con Los duelistas, Alien, el octavo pasajero y Blade Runner, entre otras, hasta su madurez (y más allá) con Gladiator, American Gangster o Marte y cruzando (también aquí hasta el más allá) por Thelma y Louise. Y estos son solo algunos ejemplos.
Pero si la filmografía de Ridley Scott también es única en otros sentidos es, por un lado, porque también ofrece películas fallidas. Como es normal, por otra parte, en una carrera tan dilatada. Pero, por otro lado, la trayectoria cinematográfica de Ridley Scott representa un caso prácticamente único porque ese puñado de decepciones cobra a veces demasiada relevancia. Tanta como para que los más críticos con él resten méritos a su carrera asegurando que Ridley Scott es un mal director con un par de buenas películas. Pues ni una cosa ni la otra porque las buenas películas de Ridley Scott está claro que son (bastante) más de dos.
Entre esas buenas películas de Ridley Scott no está, claramente, 1492: La conquista del paraíso (1992). Tampoco, más recientemente, El consejero (2013). Pero ya es más discutible que otras películas de Ridley Scott que han sido utilizadas en su contra a lo largo de su carrera sean malas. En la mayoría de los casos esas voces críticas contra el realizador británico han valorado más la magnitud del presupuesto, los resultados en taquilla y la expectación despertada por un proyecto concreto que la propia calidad de la obra. El reino de los cielos y Exodus: dioses y reyes fueron dos vehículos para la crítica a Ridley Scott. También, en menor medida, Prometheus.
Hannibal, la secuela de El silencio de los corderos dirigida por Ridley Scott en 2001, no estaba a a la altura de su predecesora, pero no era una mala película. Tampoco lo era un filme tan distinto como Un buen año (2006), su romántico acercamiento a la Provenza con Russell Crowe y Marion Cotillard etiquetado injustamente como vino malo en su filmografía. Sin embargo, que el director de Blade Runner y Alien, el octavo pasajero pise con solvencia un terreno tan diferente como el explorado en Un buen año habla de su capacidad como director.
Esos contrastes en su filmografía –no entre lo bueno y lo malo, sino entre el éxito y la decepción– han sido aprovechados por los críticos como pocas veces. Sí, Ridley Scott es el director de Blade Runner y 1492: La conquista del paraíso; de Alien, el octavo pasajero y de Tormenta blanca; de Gladiator y La teniente O’Neil; de Black Hawk derribado y El consejero. Nadie como él para demostrar que, para que haya contraste, tiene que haber luz y sombra. Brillo y oscuridad. Con Ridley Scott el último duelo lo gana siempre la luz.