El descomunal sueldo de José María García que dejó pasmada a Milá

Como diría el propio José María García, la cara de Milá «es un poema». Esta es solo una de las decenas de expresiones que el periodista apodado ‘Butano’ o ‘Butanito’ popularizó durante su reinado radiofónico. ¿Por qué esa reacción? Pues por una cifra. A sus 70 años, la periodista catalana queda pasmada cuando escucha de boca del protagonista lo que ganaba cuando decidió colgar los cascos.

La entrevista tiene como marco el programa Milá vs. Milá, en la que esta maestra de la entrevista se reencuentra con su pasado audiovisual y los protagonistas del mismo. García, al que considera un amigo, se abre ante su interlocutora y llega a emocionarse casi hasta la lágrima. Es uno de los grandes picos de un cara al cara del que destacamos justamente tres momentos.

Contra 'Reyes de la noche'

El primero de esos momentos es cuando García nos demuestra que sigue siendo García, un periodista sin pelos en la lengua. Acude a un programa de Movistar + y pone a parir una serie de la propia plataforma. Porque, como él mismo dice, «la unanimidad es propia de tontos».

«¿Sabes que he visto la serie de Movistar y me lo he pasado en grande?», pregunta Mercedes Milá, inconsciente de que ha lanzado una granada en plena conversación al mentar Reyes de la noche. «No hablo de esa serie», responde, tajante, dos veces. «José Mari…», intenta ablandar la presentadora. «He sentido tanta vergüenza que… No me hagas romper la promesa, porque sino tengo que bajar a garrotazos a mucha gente. ¿Ha pasado? Ha pasado. Ya se ha olvidado. A mí me queda un telediario, Dios dirá lo que me quede. A estas alturas de mi vida lo único que quiero es ser generoso, ayudar a los que me necesitan y cosechar amigos. Lo demás, la serie, el éxito, no me importa un huevo».

Parece tema zanjado, pero García lo reabre: «Me incomoda pensar que te ha gustado». Milá explica que le habían dicho que era «un horror», pero que al verla se le ha despertado «la ternura» y, además, Javier Gutiérrez, que encarna al periodista asturiano (con el sobrenombre de Paco 'El Condor' por aquello de la ficción y se supone que para evitar demandas), le encanta porque le recuerda a él.

García defiende al actor, al que considera «un genio» por su actuación en Campeones. «Yo no tengo nada contra Javier Gutiérrez. Un actor hace lo que le manda el guion», aclara García. El ferrolano le llamó para comer e intercambiar pareceres, pero lo impidió el confinamiento (que ‘Butano’ pasó en Gualdamina (Marbella), donde caminó 1.200 kilómetros). «Los guionistas han sido torpes. No habían visto una redacción en su pu… vida…». En la serie, el alter ego de García es un gran bebedor: «El único alcohol en mi vida que he tomado es cerveza sin alcohol con hielo».

Todo este enfado es de oídas: «Ni la he visto ni la quiero ver».

Lo que García valía

Seguidores veteranos de García recordarán cómo se jactaba en antena del llamado 'Club de los 100'. Ese grupo lo formaban los jugadores del Real Madrid que sobrepasaban los 100 millones de pesetas anuales de ganancias, lo que entonces era una cifra extraordinaria. Nunca se había pagado tanto a nadie en España por dar patadas a un balón. Ese peculiar club lo abrió Emilio Butragueño en 1985. ‘Butano’ llegó a decir en antena que esa cifra no le impresionaba, dejando caer que él ganaba mucho más. Por él se supo que ganaba mucho, más que el mejor futbolista de la Liga, pero nunca exactamente cuánto. Sí conocemos lo que ganaba cuando decidió irse «con la música a otra parte» (otra de sus expresiones recurrentes) y dejar Onda Cero.

El asunto económico aparece en la entrevista cuando se aborda su retirada en el 2002.

«Yo tenía un contrato de 2.000 millones de pesetas anuales (uno 12 millones de euros), mi equipo aparte», suelta.

Milá: ¿Dos mil millones te llevabas tú?

García: Anuales.

La catalana se dirige entonces a cámara, a los más jóvenes que están viendo la entrevista: «Os podéis hacer una idea, los que todavía no os la habéis hecho, de quién era José María García. Era un fenómeno en cualquier campo al que acudieras».

No se despidió de los oyentes. Porque pensaba que era un ‘hasta luego’ y no un ‘adiós definitivo’. «Han pasado casi 20 años y tendría que estar en el olvido», deja caer, modesto. Pero no. Porque lo paran por la calle cada dos por tres.

De «Supergarcía» a «Abu Súper»

«Yo me retiro y luego tengo un cáncer», recuerda el asturiano en el cara a cara con Milá.

Rememora los días más complicados. Aquellos en los que se pasaba en la Ruber de las seis de la mañana a las nueve de la noche y su mujer se recorría Madrid para conseguir sus galletas favoritas. «Y el abrazo de los cuatro el día que nos dicen…». No es capaz de finalizar la frase porque se emociona. Milá se acerca y lo toca. Lo mima: «No me emociono por mí, me emociono por ellas», disimula.

También se emociona cuando habla de sus nietas. La mayor le llama «Abu Súper» o «Abu Loco». A él, a Supergarcía, el superhéroe radiofónico de la hora cero. Porque todo, hasta el día, empezaba con él.