Fundado en 1910

El inspector Pelayo, director del curso G.E.O.

‘G.E.O. Más allá del límite’

Palabra de G.E.O.

Una selección de las frases más impactantes de los instructores que protagonizan la serie documental de Amazon Prime sobre la unidad policial de élite

Cien policías empiezan. Sobran más de 80. Se convierten en números, como en ‘El juego del calamar’, solo que aquí causan baja voluntaria, no forzada. Les quitan sus pertenencias. Los tratan de usted, a lo Luis Aragonés. Siete meses y pico, 30 semanas, de instrucción marcial, a lo ‘La chaqueta metálica’. Es lo que vemos en la extraordinaria serie documental ‘G.E.O. Más allá del límite’, disponible en Amazon Prime.

Más que los aspirantes, los protagonistas de la serie son los instructores del curso para acceder a esta unidad de élite, con Pelayo a la cabeza (todo un descubrimiento este inspector, que demanda a gritos un formato propio). A continuación, recopilamos algunas de las mejores frases de estos singulares profesores. Están tomadas de los cuatro primeros capítulos –no es cuestión de destripar la serie entera, que consta de ocho– y la mayoría llevan la firma del ya del citado Pelayo. Pero como en el G.E.O lo que prima es el equipo, seguro que no le importará la generalización.

Un curso solo apto para una selecta élite. «La exigencia en este curso va a ser, no del 100%, sino del 500 %. Porque la exigencia en esta unidad es también del 500 %».

Mucho más que una unidad policial. «El G.E.O es una forma de vida».

Mirar el alma. «Me gusta observar el lenguaje corporal de la gente. Dice mucho más que las palabras. No me interesa lo que estés haciendo en este momento. Te miraré un minuto después, a ver cómo lo haces. A ver cómo miras al compañero. Yo no estoy mirando tu cara. Miro un poquito más allá».

Un momento del curso de instrucción

La delgada línea roja entre el éxito y el fracaso. «El G.E.O., cuando actúa, es un cirujano que tiene que saber perfectamente por dónde introducir el bisturí. Y no se puede equivocar ni un milímetro, porque esa es la diferencia entre el éxito y el fracaso».

La pregunta clave. «Los momentos de flaqueza van a llegar, los momentos malos van a llegar. Es cuestión de tiempo. ¿Estás dispuesto a aguantarlos? Esa es la gran pregunta, y eso es lo que yo les voy a ayudar a contestar».

Un cuerpo de élite. «El G.E.O. no está hecho para todos. Es un hecho. Matemáticas. ¿Lo han entendido? ¿Lo han entendido todos?»

La labor de los instructores del curso. «Tienen que notar el pie en el cuello pisándole, ahogándoles. Y, a poder ser, que piensen que va a ir a peor. Cuanto peor piensen ellos, mejor lo estoy haciendo yo».

La selección natural del río helado, en el que los aspirantes se bañan de madrugada. «No es fácil sacarle los demonios a la gente. El Tajo te lo hace fácil».

El río de la vida. «El Tajo decide. Te pone en tu sitio».

El miedo está en la cabeza. «El miedo es una sensación subjetiva. Se aprende a gestionar».

El curso es de una dureza extrema

El miedo y cómo manejarlo. «A mí no me gusta decir que no tengan miedo. Pero es una situación que he vivido ya tantas veces que la considero como mía. Cuando llega, la conozco, y me ayuda a estar despejado, a pensar. Si algo existe, y no puedes hacer que desaparezca, manéjalo».

Cuestión de tiempo. «Con la biología no podemos luchar, pero un minuto a veces es la diferencia entre la vida y la muerte».

Los valores. «El curso G.E.O. enseña valores. Claro que enseña valores. Los valores son los que nos definen como especie. Si no tuviésemos valores seríamos animales».

La virtud de la obediencia. «La obediencia bien entendida es muy útil. No podemos entender la obediencia como un tema peyorativo. La obediencia bien entendida es confianza».

Para qué valen las prácticas de supervivencia. «Lo que hace todo esto al final es que te den una patada en el culo y bajes la pirámide de Maslow a toda leche. Y llegas a las funciones básicas de supervivencia. Y salen los instintos, la zona reptiliana del cerebro. Que te dice: ‘Come, busca comida’. Tú tienes que compaginar eso con todo lo demás. Con la misión que tienes, con los compañeros que tienes…».

La motivación de un lobo. «Tienes que tener la mayor motivación del mundo. Ganas, garra y odio casi por la vida para aferrarte para poder seguir el curso. Y tienes que ser un lobo».

Los instructores llevan a los aspirantes más allá del límite

Sufrir es una inversión de futuro. «Todo lo que hacemos está destinado a que nos salve la vida en algún momento».

Cuestión de puntería. «No puedes ser un buen GEO si no disparas bien».

Lo que quiere el enemigo. «Las manos hacen daño, ¿a qué sí? Pues cuando estamos por ahí es lo que nos quieren hacer: daño. Nos quieren arrancar la cabeza».

Ir al hospital es de cobardes, por muy exigente que sea el reto: «Alguno está deseando caerse y quedarse inconsciente, y despertarse en el hospital de Guadalajara. Pues señores, no va a pasar».

El grupo lo es todo. «Tengo ya la lengua seca de decirlo: aquí somos equipo. Yo soy muy pequeño como unidad. Yo no soy nada solo. Yo soy invencible cuando estoy con mi equipo».

ADN de GEO. «Aquí os vamos a cambiar el ADN a todos. Y vais a pensar así, y vais a funcionar como binomios».

Tensión o muerte. «La vida de las personas depende de la tensión, y de cómo la gestionen».

Un consejo para siempre. «Que no pueda la situación contigo. Que puedas tú con ella».

Cómo sentirse inmortal. «Claro que no eres inmortal, pero en las operaciones que vas te lo tienes que creer un poco».