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El cantautor Joan Manuel Serrat

‘Milá vs Milá’

El curioso placer oculto que Serrat ha descubierto en la pandemia

El cantautor repasó su vida con Mercedes Milá: «Yo no me he despedido todavía», aclara

En mayo de 1965 Joan Manuel Serrat realizó su primera actuación. Pronto llegó el asunto del La, la, la, en 1968. Se negó a ir a Eurovisión. Quería cantarla en catalán, no en el castellano original: «La escribieron mis amigos del Dúo Dinámico. Planteé hacer una versión en catalán que a mí me realmente me dejaba mucho más tranquilo en cuanto a mi situación personal. Y en un principio no hubo una negativa rotunda. A mí se me dejó, como al tonto del pueblo, que fuera haciendo. Íbamos haciendo todo en dos versiones, hasta que un día se me comunicó que no». Fue Juan José Rosón, secretario general de TVE, el que se lo dijo. En Frankfurt, en un encuentro con la prensa internacional: «Mire, Serrat, ¿usted que quiere ser?: ¿un cantante internacional o provinciano?». Se le vino a la cabeza una frase de Josep Pla: «Que la única manera que tiene alguien de ser internacional es ser muy muy provinciano».

Serrat de joven

El divorcio no fue bien aceptado por una parte. «Yo fui represaliado seriamente. Mis discos no se pasaban por la radio, durante muchos años. Mi nombre siempre aparecía en los medios de forma muy peyorativa. En las discotecas, en mis discos, pusieron cinta adhesiva, para que no se pudieran emitir».

Después se exilió en México durante dos años. Volvió unos días antes de que la Ley de Amnistía entrase en vigor, en 1976.

‘Mediterráneo’, Belchite, Barcelona

Habló Serrat de Mediterráneo, que ha cumplido medio siglo, y del Mediterráneo, que era «puente de culturas» y ahora es también «un cementerio de pateras». La compuso en Calella de Palafrugell, en la Costa Brava.

Más lugares. Belchite, el pueblo de su madre, donde llegó a vivir en una época. Barcelona: «Yo vengo de un país, de un territorio, donde la emigración se asentó, porque era el sitio donde tenía para trabajar. Yo he crecido entre ellos. Y me siento tan inmigrante como me siento catalán como me siento charnego. No tengo ninguna referencia que me haga salir de esta diversidad».

El 'procés'

«Aquí se ha estado siempre acusando al de enfrente de no tener ganas de dialogar, cuando realmente lo que ocurría es que no había diálogo. Y hay que ser valiente para decirle a los tuyos que hay que ir por estos caminos. Pero a los tuyos es más fácil darles leña, fuego y hachas que darles calma y tranquilidad. Y yo no voy a entrar en este juego».

Le preguntó Mercedes Milá si es la edad la que le ha dado esa calma chicha.

Serrat y Milá, en un momento de la entrevista

«A mí la edad lo único que me ha dado es dolor de cabeza, muelas cariadas y deterioro. El resto de cosas me las dado la vida».

La postpandemia

Ve la luz al final del túnel, pero algo lejos. «Todavía no estoy abrazando como quisiera. Yo espero esa época en que no solo yo esté disfrutando de abrazar, sino que el entorno, los que están alrededor, también se suelten en eso. Hay que cuidarse de la alegría, cuidarse del exceso de la alegría. Porque en el exceso de la alegría puede estar también nuestro disgusto. Abracémonos con una cierta prudencia», reflexionó.

El momento curioso de la entrevista surgió cuando hablaron de PCR que se hicieron antes del programa: «A mí me encanta. Ya estoy acostumbrado... Noto una cosa. Estoy descubriendo placeres ocultos. La PCR es uno de ellos. ¿No es hermoso cuando te la sacan?», preguntó, muy en serio, para sorpresa de Milá.

¿Volverá a cantar en directo? «¡Yo qué sé! ¿Me van a dejar volver a un escenario? El escenario no me da miedo. Me hace ilusión, pero me hace ilusión con el teatro lleno, como ha sido siempre… En la medida que esto [la COVID-19] remita, me pondrá en activo. Yo no me he despedido todavía. No me gusta que me echen de los sitios».

Los nietos

Tiene cinco nietos. Dos residen en Madrid. Otro par viven en Australia desde hace casi dos años; son los hijos de María Serrat, periodista que siguió la Fórmula 1 y el Mundial de motos durante mucho tiempo. Otra de ellas, Candela, es actriz, y tiene una cría de un año.

Milá le pidió que le hablase de Uta (Candela), su mujer. «La quiero. Para sacarme de mi casa tendrían que venir los bomberos. Bueno, mi casa. ¡Su casa, quiero decir! Llevo con ella 46 años, era una niña cuando nos conocimos. Se puede quejar ella mucho de mí. Y yo nada de ella».

Mercedes Milá y Joan Manuel Serrat

Ya está de vuelta en la vida, y la prueba es la música que suena en su casa: «Fundamentalmente cosas que ya he escuchado. Y me gusta releer poesía». Pequeños grandes placeres. Como navegar y pescar durante una semana a bordo de un velero, una vez al año, acompañado de un amigo. Por supuesto, por el Mediterráneo.