El corto premonitorio que Pedro Alonso, Berlín en 'La casa de papel', rodó en 1996

Para los que se pregunten si Pedro Alonso ya hablaba así antes de ser Berlín en La casa de papel, con esa cadencia chulesca que tanto gusta a sus fans y que tanto enerva a otros espectadores ajenos al fenómeno, la respuesta está en un premonitorio cortometraje que rodó en 1996. Se titula Paranoia dixital (Paranoia digital), fue dirigido por Ángel de la Cruz, posteriormente ganador de tres premios Goya (dos por Arrugas y uno por El bosque animado) y fue producido por la Escola de Imaxe e Son coruñesa con financiación de la Xunta de Galicia.

El vigués Pedro Alonso era entonces un joven actor de 25 años. Según los datos de IMDB, su filmografía era corta, pero muy interesante. Debutó en un corto titulado ¡Hábitos! (1995), pero enseguida, al año siguiente, dio el salto al largo con Alma gitana –película dirigida por Chus Gutiérrez y que protagonizó junto a Amara Carmona– y Tengo una casa, de Mónica Laguna –en la que compartió elenco con su paisano Nancho Novo y con la entonces actriz de moda, Silke–.

De ese mismo año, el de la irrupción de Alonso en el cine, es Paranoia dixital. Apenas hay escenarios en el corto y son todos coruñeses. Un pub (el desaparecido Laberinto, en la calle Magistrado Manuel Artime), unas calles de la ciudad y un cajero automático. Su personaje, Ramón Troncoso, sale una noche de copas con su novia. En un determinado momento se da cuenta que no tiene dinero para pagar las consumiciones. Hoy día pagaría con el móvil y se quedaría tan pancho, pero en aquellos tiempos había que ir al cajero. Y eso es lo que hace el muchacho. Lo que se encuentra en la sucursal bancaria es una auténtica pesadilla. Un cajero automático experimental del extinto Banco Bilbao Vizcaya, de nombre M.A.R.I.O., más puñetero que HAL 9000. El corto, que bebe mucho de La cabina de Mercero, acaba muy mal para los intereses del futuro Berlín. Digamos que le pasa lo mismo que en La casa de papel.

En la serie de Netflix, Berlín muere al final de la segunda temporada. Durante un atraco, como años antes había muerto su padre haciendo lo propio en un banco. Se pone así fin a una carrera delictiva que incluyó 27 golpes de guante blanco culminados con ese trágico asalto final, a golpe de careta, a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Parecía un adiós, pero no: ha seguido apareciendo en las tres temporadas restantes a través de flashbacks, lo que incluye el segundo volumen de la quinta –y última–, estrenada la pasada semana en Netflix. Esas tres son precisamente las que tienen con eje el atraco al Banco de España, ideado por el hermano de El Profesor y por Palermo.

Curiosamente, hay una mención al Banco de España en Paranoia dixital. El cajero inteligente le propone darle divisas, y Ramón le contesta así: «Yo lo que quiero es tomar unas copas con mi novia. Que yo sepa tengo que pagar en monedas del Banco de España. Así que déjate de rollos y suéltame la pasta».

Aquí pueden ver el cortometraje de principio a fin:

Fue, que sepamos, la primera vez que Pedro Alonso sufrió en un banco. No en el de España, ese que le obsesionará como Berlín, el personaje que lo ha lanzado a la fama mundial y que será el primer spin-off de La casa de papel.