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Grace Kelly

Grace Kelly

‘Lazos de sangre’

Los Grimaldi: la maldición continúa

Lazos de sangre repasó la desgraciada historia de la monarquía monegasca

Fue Consuelo Font, periodista, la que explicó al principio de Lazos de sangre el origen de la llamada Maldición de los Grimaldi. «El bisabuelo de Rainero, Rainero I, tuvo una amante gitana. Y la abandonó. Y ella le lanzó una maldición, que fue la siguiente: ‘Ningún Grimaldi va a ser feliz en su matrimonio salvo que se case después de los 50 años’».

La actriz y el príncipe

Grace Kelly cambió la historia de Mónaco, una monarquía de 650 años, según se destacó en el documental de TVE presentado por Boris Izaguirre. Aquello no fue una casualidad. El príncipe Rainiero III, conocido como «el solitario» en la realeza europea, obedeció un consejo del multimillonario griego Onassis: «Búscate una actriz famosa para darle glamour a Mónaco».

Eso hizo. Olivia de Havilland, la de Lo que el viento se llevó, le presentó en 1955 a Grace Kelly.

Al año siguiente se casaron. Él era un treintañero. Fue la primera boda real retransmitida por televisión. La vieron 30 millones de personas. El pueblo apoyó aquella historia de amor. No así la realeza europea, que rechazó en masa la asistencia a la boda de un príncipe con una plebeya. Solo acudieron el Rey Faruk de Egipcio y Aga Khan. La luna de miel tuvo lugar en nuestro país. «Me gusta mucho el folclore de España», dijo entonces Grace.

Ya asentada en Mónaco, ella quiso volver al cine. Alfred Hitchcock le ofreció protagonizar Marnie, la ladrona. Pero Rainiero dijo un contundente ‘no’. Es más, prohibió que se proyectasen sus películas en el Principado.

El accidente de Grace

Grace Kelly tenía 52 años cuando se precipitó por un barranco desde un coche, en el que también viajaba Estefanía. En el hospital sufrió un derrame cerebral masivo. El príncipe pidió a los médicos que se desconectase a su mujer de las máquinas que la mantenían con vida. Corría 1982: la princesa más famosa del mundo había muerto.

Las especulaciones sobre quién conducía aquel vehículo duraron años. Se rumoreó que el accidente lo había causado Estefanía, al volante a la prohibida edad de 16 años. Ella lo negó muchos años después. Es más, explicó lo que creía que había ocurrido: que seguramente su madre se confundió el freno con el acelerador.

Las hijas

A estos príncipes las hijas le salieron ranas.

Carolina se fue con 18 años a estudiar a París y se enamoró de un ‘playboy’ 17 años mayor que ella: Philippe Junot. Aquello duró dos años y 41 días. Pero a Rainiero le pareció eterno. El amor de su vida fue Stefano Casiraghi, con el que tuvo tres hijos. Murió en 1990 en una peligrosísima competición deportiva. Durante un tiempo, ella se quedó calva por el estrés. A los 42 años se casó con Ernesto de Hannover. Los problemas con el alcohol de su nuevo marido resultaron evidentes: impidieron incluso su asistencia a la boda de los actuales Reyes de España, pues es día estaba de resaca. Esa querencia por el levantamiento de copa acabó con el matrimonio.

Carolina de Mónaco

Carolina de Mónaco

Estefanía, que siempre fue la favorita del padre, ha sido la rebelde de la familia desde su más tierna juventud. Tuvo romances con actores como Christopher Lambert, Anthony Delon y Rob Lowe. Se entregó a la canción, y no le fue mal: vendió cuatro millones de copias de Huracán. Después, contra el criterio de su padre, se casó con un guardaespaldas, Daniel Ducreut, con el que tuvo dos hijos. Acabó mal el asunto: las fotos de él siéndole infiel fueron portada de las revistas de todo el mundo. Después ella se casó con el acróbata Adans Peres, diez años menor, quien intervino en el documental y habló maravillas de su ex.

Estefanía de Mónaco

Estefanía de Mónaco

Alberto y su desaparecida mujer

Era un niño que tartamudeaba. Tímido. Creció y durante años su vida sentimental generó decenas de rumores. Tuvo novias, entre ellas Ana Obregón, a la que llegó a elegir como pareja para un Baile de la Rosa. Tuvo dos hijos de relaciones esporádicas que ha reconocido pero que están fuera de la línea sucesoria. En 2011 al fin se casó, con la sudafricana Charlène. Ella fue una novia a la fuga, pues el día de la boda la tuvieron que ir a buscar al aeropuerto, desde donde quería esperar. Pero al final dio el ‘sí’. Tienen dos hijos mellizos.

Hasta ahí todo bien. Pero ya desde hace un tiempo, hacen vida por separado. Es más, Charlène está desaparecida desde hace un año. Cuentan que no ve ni a sus hijos. Es víctima de un agotamiento mental y físico que espera poder superar algún día. La maldición se mantiene incluso cuando un Grimaldi se casa después de los 50. Así lo hizo Alberto y su matrimonio no es afortunado.

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