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Javier Bardem besa su Premio Goya a mejor actor en el escenario de los Premios Goya 2022Gtres Online

Premios Goya 2022  La corrección política y el lenguaje inclusivo inundan unos premios Goya tibios en cuanto a política

El catalán ha sido uno de los grandes protagonistas de la noche, con Roures aludiendo a Cataluña como su «pequeño país»

Todos, absolutamente todos, han repetido las mismas palabras al subir al escenario: «todos y todas», o bien «nominados y nominadas», o bien «ganadores y ganadoras». El lenguaje inclusivo, repetitivo e innecesario, ha hecho su aparición en los Premios Goya 2022 como si de una directriz se tratase. Y es que parecía que hasta el menos politizado de los actores y directores (actrices y directoras) parecía haber recibido pautas para no incendiar la corrección lingüística del sector dominante de la noche.

Pero no solo ha habido espacio para los seguidores de Bibiana Aído y su famoso «miembros y miembras» en el Congreso de 2008. Otros muchos han decidido tirar de corrección política (corrección política de izquierdas, claro) para incluir tópicos, en este caso de corte social, que por otro lado han sido muy poco encendidos en cuando a crítica política se refiere. El más claro ha sido quizás Fernando León de Aranoa, que ha hecho referencia a «las reformas laborales» que tanto le afectaron, aludiendo directamente a las del Partido Popular. Yolanda Díaz aplaudía entre el público congregado en el Palau de Les Arts de Valencia.

Fernando León de Aranoa, mejor dirección por `El buen patrón´

Mama se ha llevado el premio a mejor cortometraje documental sobre el trabajo de una ONG bilbaína en Congo. Y su director, Pablo de la Chica, ha decidido dar las gracias «a todas nuestras mascotas, que tanto nos aguantan». En este mundo posmoderno en el que los niños han sido sustituidos por los animales de compañía, no parece haber extrañado a nadie semejante agradecimiento a seres que, por otro lado, ni siquiera han podido escuchar el discurso.

Otro caso en la misma línea lo ha protagonizado Urko Olazabal. Su espléndida interpretación como otro de los etarras arrepentidos en Maixabel le ha conseguido el premio a mejor actor de reparto, y al recoger el Goya, el actor, que actualmente es profesor en un instituto (en una ikastola) ha dado las gracias... a todes sus alumnes. Esta forma de faltar al respeto a la lengua española ha sorprendido menos en Eduardo Casanova, que además de colar publicidad encubierta a modo de emplazamiento de producto cuando ha subido al escenario, ha llamado a todos guapes.

Aunque puede considerarse un bonito gesto a Valencia, ciudad que este año albergaba los Goya como gesto homenaje a Berlanga, el hecho de que la gala empezara en valenciano con un discurso de Carmen Machi tampoco ha sido del todo bien recibido. A lo largo de los discursos, muchas palabras en catalán –o en valenciano–, que han marcado el ritmo a una noche que no ha sido especialmente movida. Algún reproche de Verónica Echegui a Pedro Sánchez por no ver su corto, algún despiste del propio presidente del Gobierno (que ha declarado no haber visto la película ganadora, El buen patrón, y no acordarse del título de Madres Paralelas) y un Jaume Roures (administrador único de Mediapro y productor principal de la película de Fernando León de Aranoa) que, en catalán, se ha olvidado de los mal pagados trabajadores de su propia empresa.

«Más que hablar de la película, me gustaría hablar de la cultura», ha dicho el empresario, que ha pedido «más atención para el nervio de la sociedad, que es lo que nos aleja del machismo, el talibanismo y la violencia». Si según Roures la cultura funciona con parches, nos «hermana»: «Si queremos avanzar, si queremos progresar, necesitamos que la cultura tenga los medios necesarios para salir adelante». Y además, se ha atrevido con el nacionalismo catalán: «Creo que el cine en nuestra casa, y ahora estoy hablando de Cataluña, mi pequeño país, tiene todas las posibilidades del mundo, sobre todo si tenemos ambición», ha cerrado su discurso.