
Los actores Veronica Echegui y Alex García junto a Carmela Martínez (en el centro), durante la 36ª edición de los Goya
Carmela Martínez, la discreta hija de Joaquín Sabina que ha ganado un Goya
Fue la gran noche de la familia Sabina: mientras su hija recogía una estatuilla, el cantante se subía de nuevo al escenario por su 73º cumpleaños en la gran gala del cine español
La misma noche en la que Joaquín Sabina celebraba sus 73 años sobre el escenario del Palau de Les Arts de Valencia en la 36ª edición de los Premios Goya, su regreso tras dos años sin hacer un directo, su hija Carmela Martínez Oliart se hacía con una estatuilla. La directora de producción forma parte del equipo de Tótem loba, el cortometraje de ficción que se hizo con la victoria durante la gran gala del cine español. Dirigido por Verónica Echegui, la joven de 33 años se encargó de las labores de producción. Lleva años formando parte de la productora Estela Films junto con su gran amigo Félix Tusell, compañero de colegio.
Desde bien pequeña supo que se dedicaría al mundo del espectáculo, lo lleva en la sangre. Tras estudiar en el Colegio Estudio de Madrid, con 20 años fue cuando se matriculó en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM) para especializarse en producción centrada en el mundo del cine. Debutó con un corto en 2014, Epitafios, en el que también colaboró su querido padre poniendo la música.
No sería el único proyecto en el que trabajarían juntos. Años después volvieron a coincidir en la película Tiempo después, aunque en esta ocasión ella se pondría delante de las cámaras con un papel pequeño. Era su segunda vez después de participar en el videoclip de la canción Lo niego todo de Sabina. Este sábado, el cine les volvía a unir en una noche que, sin duda, quedará para el recuerdo en la familia.

El cantante Joaquin Sabina y su hija Carmela Martínez, en el Festival de San Sebastián

Rocío Martínez Oliart, en Madrid en el año 2020
Son fruto de la relación que mantuvo su padre con Isabel Oliart, hija de exministro de Industria, Sanidad y Defensa de UCD Alberto Oliart. Aunque la cosa entre ellos podría haber terminado bastante peor por el romance del cantante con Cristina Zubillaga (quien inspiró la canción 19 días y 500 noches), su relación fue y es excelente. «Nunca habría podido escoger una madre mejor», reconoce Sabina siempre que le preguntan por ella.
Con sus hijas no sucedió lo mismo, como el de Úbeda confesó: «Digamos que yo no empecé a hablar con mis hijas hasta que tuvieron edad de hablar conmigo. También es verdad que aquella época yo daba 120 conciertos al año y ellas cuando veían un avión decían: 'Adiós, Papa'». Hoy, padre e hijas se llevan a las mil maravillas. «Un padrazo de mayor», han reconocido ellas en alguna ocasión.
A Sabina se le cae la baba cada vez que le preguntan por sus hijas: «La verdad es que he tenido suerte, están estupendas, son las dos muy diferentes, van a la Universidad, hacen teatro, leen, se divierten. No van diciendo por ahí que son mis hijas, ni mucho menos. Sus amigos íntimos lo saben, pero el resto de la gente no».