'El método Williams' versus Arantxa Sánchez Vicario: un partido imaginado

Los abonados de HBO Max ya pueden ver una de las candidatas al Oscar a mejor película, El método Williams, una película con conexión española. Si ustedes no la han visto y piensan hacerlo, dejen de leer en este momento, porque procedemos al destripe del tramo final del largometraje, basado en los inicios en el mundo del tenis de las hermanas norteamericanas Venus y Serena Williams, especialmente la primera.

La película se cierra con una magnífica recreación del partido de segunda ronda del torneo de Oakland (California) entre Venus Williams, de 14 años, y Arantxa Sánchez Vicario, de 22 años, duelo disputado en noviembre de 1994. Es el segundo choque que la norteamericana jugó como tenista profesional.

Los guionistas de El método Williams se toman varias licencias. Es verdad, como cuentan, que Venus ganó el primer set (2-6), se colocó por delante 1-3 en el segundo y la barcelonesa se anotó los últimos once juegos seguidos, lo que le sirvió para ganar el segundo set (6-3) y lograr un rosco (6-0) en el tercero y definitivo, el que decantó el duelo.

Pero hay dos detalles cruciales que se inventan. El primero, fácilmente comprobable, es que Arantxa Sánchez Vicario no era entonces la número 1 del mundo, tal y como se presenta en la película para darle mayor mérito a la gran ventaja que llegó a tener Venus en el marcador. La barcelonesa no alcanzó la cabeza del ranking mundial hasta el 6 de febrero de 1995. Entonces, en noviembre de 1994, ocupaba el segundo puesto, por detrás de la alemana Steffi Graff.

La segunda licencia que se toman es hacer pasar a Arantxa Sánchez Vicario por una tramposilla. Con 1-3 en el marcador, la española, interpretada en la ficción por la tenista profesional mexicana Marcela Zacarías, se marcha al vestuario para ir al baño, maniobra con la que intenta –y consigue– descentrar a su rival. De «truco sucio» lo califica el entrenador de la norteamericana. La ausencia es de «nueve minutos», se queja el padre de las Williams. Todo es mentira. Eso nunca pasó, pues de haber ocurrido lo habría reseñado la crónica de The New York Times, y no es así (enlace 1).

Aquel partido contra Steffi

Curiosamente, un episodio similar se produjo en un partido protagonizado por Arantxa Sánchez Vicario, pero fue ella la que lo sufrió. Ocurrió unos cuantos años antes que su primer duelo con Venus Williams. Además, no fue aquel un choque cualquiera, sino seguramente el más importante de la carrera de la tenista barcelonesa.

El 10 de junio de 1989, Arantxa Sánchez Vicario, de 17 años, se enfrentó en la final de Roland Garros a la número uno del mundo, Steffi Graff, que el año anterior había ganado el Golden Slam (todos los torneos del Grand Slam y el oro olímpico) y que en ese 1989 se había impuesto ya en el Open de Australia. Es decir, llevaba cinco grandes consecutivos. España se sentó aquel sábado ante la tele convencida de que la victoria de la hermana de Emilio –entonces más famoso que ella– era imposible.

En el primer set, la española se impone en la muerte súbita: 7-6 (8-6). En el segundo set la alemana vence por 3-6. En el tercero y definitivo, en el que no hay tie break, la germana llega a colocarse 4-5, pero la española remonta hasta el 6-5 y servicio a su favor. En ese momento, según sube al marcador el 6-5, Steffi Graff abandona por sorpresa la pista y se dirige al vestuario. No se demora demasiado. Mucho menos que los nueve minutos de la Arantxa de El método Williams. Cuando regresa, la española se impone por 7-5 y se se convierte en la primera española que gana un Grand Slam. Al acabar el encuentro, los periodistas preguntarán a la alemana el motivo de la ausencia: «¿Por qué me fui antes del final del partido? ¿Realmente quieren saberlo? Porque tenía el período», contestó.

Quizá los guionistas se inspiraron en este episodio, muy conocido en el mundo del tenis, a la hora de escribir sobre la (falsa) ausencia de Arantxa en aquel duelo contra Venus.