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Chanel, a su llegada a Madrid tras su éxito en Eurovisión 2022

Chanel, a su llegada a Madrid tras su éxito en Eurovisión 2022RTVE

Eurovisión 2022

Así han sido los últimos meses de Chanel: de la polémica del Benidorm Fest a conquistar Europa (y Australia)

Reza el tópico que la mejor defensa es un buen ataque. La frase, redonda como el balón del ámbito que la ha hecho suya (el fútbol), aparece en El arte de la guerra y se atribuye el general chino Sun Tzu. En el caso de Chanel convendría alterar el orden de los factores: el mejor ataque es una buena defensa.

A Chanel, que acaba de dar a España el tercer puesto en Eurovisión 2022 –nuestra mejor posición en los últimos 27 años desde el segundo lugar de Anabel Conde en 1995–, le sobrarían razones para vengarse ahora de los ataques que recibió nada más ganar el Benidorm Fest. También de los partidos políticos de izquierda que pidieron la anulación de su victoria en el festival que daba el billete para Eurovisión. Entre ellos Galicia en Común, rama gallega de Podemos. Viene ahora Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, a elogiar la actuación de Chanel en la final de Eurovisión cuando su partido pidió que Chanel no representase a España. Y viene también ahora Pedro Sánchez a apoyar a Chanel cuando el PSOE solicitó en la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de Control Parlamentario de RTVE que se cambiase la letra de SloMo porque, según la diputada socialista Lidia Guinart, era «una forma de prostitución».

Ante todas estas adversidades, la respuesta de Chanel fue la misma: silencio y trabajo. Solo cuando en El Debate le preguntamos por el cambio de letra de SloMo que habían llegado a plantearse en RTVE, Chanel dejó entrever su malestar por la situación. Como siempre, sin perder en ningún momento su elegancia. «Yo no escribí la letra, pero sí la interpreto (...). Desde el minuto en el que yo escucho la letra y esa letra me gusta, me parece bien y me divierto al cantarla, la siento mía. Entonces me frustra, la verdad», reconoció la artista.

A Chanel, lógicamente, le afectaron las críticas y sobre todo las amenazas que recibió a través de las redes sociales. Ante el odio que le llegaba por esa vía, Chanel optó por cerrar su cuenta de Twitter. Eran los últimos días de enero y aún faltaban tres meses y medio por delante para su cita con el éxito en Eurovisión. Tres meses y medio que, al revés que el título de su canción (SloMo), no han pasado precisamente a cámara lenta, sino que han transcurrido a toda velocidad. Se ha preparado a conciencia en lo físico y en lo emocional con la ayuda del coaching.

En los días previos a la final de Eurovisión, ya en Turín, Chanel se despertaba a las cuatro de la mañana. ¿Se quedaba en la cama? No. Chanel se ponía a ensayar. Una y otra vez. Solo así se puede alcanzar el grado de excelencia que definió su actuación (y la de sus bailarines) del sábado. Y solo así se puede explicar que hasta ocho países otorgasen los 12 puntos a España –incluido Australia– y que solo uno de los 39 países que nos podían votar (contando tanto el jurado profesional como el televoto) no lo hicieran: Italia.

Tres meses y medio de trabajo (en realidad varios meses más si contamos su preparación para el Benidorm Fest) para jugarse todo en tres minutos de portentosa actuación en la final de Eurovisión 2022. Ahí, sobre el escenario del Palasport de Turín, Chanel defendió su canción mejor que nadie. En realidad, como cuando el PSOE quería cambiar la letra de SloMo, Chanel no ha dejado de defenderla desde el principio.

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