El Hormiguero
Revilla y su eterno retorno a Atresmedia
El presidente cántabro, omnipresente en Antena 3 y La Sexta, acudió a El Hormiguero por tercera vez esta temporada y arremetió contra Don Juan Carlos, al que llamó «vivalavirgen» y «caradura»
Miguel Ángel Revilla en Atresmedia. Da igual cuando leas esto. Ora en La Sexta (principalmente Noche), ora en Antena 3. Anoche tocó en la segunda, en El Hormiguero. Es la tercera vez esta temporada que visita el programa de Pablo Motos, líder de audiencia. La tercera. Por algo es invitado «infinity», condición que solo ostentan los que han asistido más de veinte veces al programa. Mario Casas fue el primero de esa exclusiva lista. En ese estatus de estrella se mueve este líder.
Revilla es un político cuyo discurso está marcado por la dirección del viento. Y no, no se trata de recordar su delirante teoría –expuesta por supuesto en Atresmedia, en concreto en Espejo público– de que era el viento del nordeste el que traía el coronavirus.
Anoche dedicó el primer tramo del programa a criticar al Rey Juan Carlos I, en la misma onda que la izquierda en las últimas semanas. Le empezó perdonando la vida cuando Motos preguntó si lo había telefoneado para visitar Sanxenxo: «No, no me ha llamado. Sí le hubiese cogido el teléfono, pero le hubiera dicho cosas que no le hubieran gustado nada de nada». «Es la gran decepción de mi vida», dijo del mal llamado emérito –también por él–, al que catalogó como «vivalavirgen», «caradura» y «evasor fiscal que tiene una pasta gansa fuera». Quien así hablaba es el actual presidente de la comunidad autónoma de Cantabria. Para acabar, salvó de la quema a Felipe VI: «Tenemos un gran Rey en su hijo». De aquellos que aplaudieron al aludido nada dijo… Así es Revilla el campechano.
Una boda real como lanzamiento
Este fenómeno televisivo nació precisamente en la boda entre Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, el 22 de mayo de 2004. Acudió al enlace en su condición de presidente cántabro –llevaba menos de un año ocupando ese cargo– y rompió la discreción que se le exige a los invitados. Allá donde lo llamaron se fue a contar, con pelos y señales, las interioridades del enlace real. Desde ese momento se convirtió en una figura popular y en una presencia constante en la tele nacional. La Sexta Noche –que también lanzó a la popularidad a Pablo Iglesias– y El Hormiguero son seguramente los dos espacios en los que ha tenido más presencia.
El secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) siempre rema a favor de lo que él interpreta como la corriente mayoritaria, sintiéndose una especie de portavoz del sentir popular, en un representante de eso que Podemos denomina «la gente de lo común». Tomemos como ejemplo una antigua intervención en La Sexta Noche, allá por 2013. Toca darle a Urgandarin, que ha caído en desgracia, pues se le da: «Si no quieres que salgan los mails, no haberlos publicado presunto chorizo». Toca darle a la Pantoja, juguete roto, pues allá va Revilla: «Esta es la España de charanga y pandereta». Toca arremeter contra las entidades financieras, pues es el primero en sumarse a la causa: «Muere más gente por el drama de las preferentes que por los desahucios». Toca darle a Rajoy, pues se adhiere al linchamiento y santas pascuas: «Rajoy es un empleado de Merkel» o «Rajoy se preocupó de los bancos, pero no de los ciudadanos que tienen su dinero en los bancos».
El asunto cambia cuando, por ejemplo, toca darle a Pedro Sánchez, que es simplemente «Pedro» para Revilla. En ese caso es –digámoslo así– menos contundente. Se nota que le cae bien, y de hecho el presidente cántabro fue el primero que anunció que Sánchez, que acaba de ser destituido por sus compañeros, se presentaría a las primarias a la secretaría general del PSOE: lo contó en La Sexta Noche porque había llamado a «Pedro» para darle ánimos y éste se lo había anunciado en exclusiva, inmediatamente revelada por el indiscreto cántabro.
Sánchez, «profundamente español»
Y esa buena sintonía se nota. En junio de 2018, calificó en La Sexta Noche a Pedro Sánchez como «un hombre absolutamente honrado», «tenaz» y «profundamente español». En diciembre del 2020, en ese mismo programa declaró que no veía al líder socialista y presidente del Gobierno «haciendo concesiones como las que los independentistas se imaginan, por lo que eso va a explotar», en referencia al Gobierno de coalición y sus apoyos parlamentarios. Es evidente que no acertó. En mayo del pasado año, empezó a recular: al calor de las encuestas favorables al PP, y tras hacer Sánchez las concesiones que los independentistas se imaginaban, Revilla predijo «un cambio político» porque veía al presidente del Gobierno en «un bucle diabólico por las concesiones».
En esa teoría del cambio ahondó el pasado 8 de diciembre, en su primera comparecencia de la temporada en El Hormiguero: «Ayuso es el fenómeno político de los últimos dos años, un caso sorprendente. Casado está muy condicionado por Vox, si ahora hay elecciones en España el presidente es Casado, pero dentro de dos años no lo tengo tan claro». Cuando Pablo Casado cayó, se recuperaron estas declaraciones como premonitorias por parte del programa de Motos y la prensa elogió la capacidad adivinatoria de Revilla sin pararse a analizar qué había dicho. Fue una exageración, pues realmente el líder cántabro no había pronosticado que el entonces líder del PP caería pronto, sino que si perdía las elecciones su relevo sería Feijóo: «Si no gana Casado, no va a ser la de Madrid. Van a pedir al gallego clamorosamente que regrese».
Anoche apostó por el gallego –«mi amigo Alberto»– como próximo presidente del Gobierno: «Veo llegar a Feijóo. Lo que me preocupa es que venga de la mano de Vox, que es un partido muy respetable, democrático, pero tiene ideas que me preocupan mucho, como cambiar el estado de las autonomías». Con Sánchez fue de nuevo muy blandito. Aludió a su pacto con los independentistas como el «pecado original de Pedro» y elogió su capacidad de resistencia: «Tiene mérito haber llegado hasta aquí, tiene mucho mérito haber estado con esta coalición tanto tiempo».