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Masha Aliójina y Olga Borisova, de las Pussy RiotAntena 3

'El Hormiguero'

Las Pussy Riot detallan cómo se malvive en los gulags de Putin

«No me da miedo el presidente ruso, lo que sí que me da miedo es que todas las cosas terribles que están cometiendo él y las fuerzas armadas se olviden», dice Masha, una de las componentes del grupo

«Es un movimiento de artistas y activistas que luchamos contra las dictaduras, la homofobia, el patriarcado, la misoginia». Así presentó a las Pussy Riot en El Hormiguero una de sus tres componentes, Olga Borisova.

Están en España porque recibirán un premio (Alan Turing) en Tenerife, donde actuarán el próximo 17 de junio. Los beneficios irán destinados a un hospital en Kiev.

Fueron juzgadas y condenadas en Rusia años atrás por su primera performance famosa, en la que arremetían contra Putin. «Los supuestos testigos decían que nosotros éramos brujas», recordaron.

Masha Aliójina detalló cómo fue el cautiverio: «Es un sistema de tipo gulag, que son básicamente como los gulags que había en la URSS aunque con algunas mejoras, como que ahora hay detergente, pero básicamente es un campamento de trabajos forzados en los que todos los presos tienen que trabajar. Y básicamente tu trabajo es cosiendo uniformes de policías y de las fuerzas armadas rusas, y eso por supuesto prácticamente no te lo retribuyen. Los presos reciben de sueldo tres o cuatro dólares al mes, y no tenemos acceso a tratamiento médico ni a comida normal».

A los dos años salieron de la cárcel. Nada más hacerlo, realizaron otra performance y fueron golpeadas «por primera vez». «Nos dimos cuenta de que nuestro país ya no era el mismo que en el que habíamos crecido», apuntó Masha y asintió Olga. Las dos huyeron de Rusia en cuanto pudieron.

«No me da miedo Putin, lo que sí que me da miedo es que todas las cosas terribles que están cometiendo él y las fuerzas armadas se olviden. Hay gente que muere todos los días. Es una guerra que tiene que ganar Ucrania. Es una responsabilidad de toda la comunidad internacional pararla. Si gana, Putin no se va a quedar ahí, y va ir a por los países bálticos».

Abogan porque Europa dejar de comprar gas ruso y porque que se sigan embargando los bienes de los millonarios amigos de Putin que residen fuera de su país, y que ese dinero se destine a la reconstrucción de Ucrania.

El grupo aprovechó para denunciar la situación del colectivo LGTBI+ en su país. «Si tú eres gay, en Rusia te pueden matar. Y es absolutamente ilegal expresarte abiertamente como gay. Por ejemplo, todo este tema del premio allí sería absolutamente inconcebible porque hay una ley que prohíbe la propaganda gay, aunque no explica lo que es», denunció Masha Aliójina. «En la región de Chechenia, donde gobierna un dictador controlado por Putin, si eres lesbiana o gay te matan», añadió después.

Consideran un hipócrita a Putin porque se erige en «el principal promotor de esos valores tradicionales», cuando «tiene una señora a la que no puede llamar su mujer y unas hijas que se desconoce si son suyas o no».