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El insoportable peso de un talento descomunal se estrena este viernes 17 de junioLionsgate

Cine

'El insoportable peso de un talento descomunal': Nicolas Cage hace de Nicolas Cage en una película sobre Nicolas Cage

Una película en la que se ríe de sí mismo y, a la vez, reivindica el trabajo de actor

Nicolas Cage es un actor frecuentemente maltratado por crítica y público. Muchas veces de forma injusta. Le precede la fama de sus personajes lastimeros, melancólicos, algo histriónicos y a menudo gritones. Pero a menudo se olvidan sus papeles más sólidos y sus películas más memorables. En cualquier caso ahora Nicolas Cage ha decidido reírse de sí mismo, con una desinhibición total, hasta el punto de hacer de sí mismo en la película. Una decisión muy arriesgada, que tenía muchas papeletas de fracasar patéticamente. Pero no. La jugada le ha salido muy bien. Ha conseguido una película muy divertida, interesante, amena, y con un sólido y buen guion.

Como productor, Nicolas Cage ni siquiera se ha cortado al decidir el título de la película que se refiere a sí mismo: El insoportable peso de un talento descomunal. Ahí queda eso. No debía ser fácil fichar a un veterano director para asumir tan disparatado proyecto, y Cage echó mano del joven Tom Gormican, con sólo una película en su haber (Las novias de mis amigos, 2014). Y Gormican se encargó también del guion junto a Kevin Etten, curtido en las series de televisión.

El arranque argumental es el siguiente: Nicolas Cage está desesperado por conseguir un importante papel en una película dramática. Pero finalmente no le eligen y él se hunde en una depresión. Además está lleno de deudas. Por si no fuera suficiente, su exmujer y su hija -personajes de ficción, estas sí- están hartas del egocentrismo del actor y su relación con él no pasa por el mejor momento. Así que a Cage no le queda otra que aceptar un lamentable trabajo por el que va a cobrar un millón de dólares: actuar en el cumpleaños de un multimillonario mejicano, Javier Gutiérrez (Pedro Pascal), que vive en Mallorca. Pero lo que realmente desea este inquietante anfitrión es que Nicolas Cage protagonice una película cuyo guion ha escrito él. A partir de aquí todo es una locura. Ni siquiera falta un secuestro a la hija del President de la Generalitat de Cataluña.

Dónde empiezan y acaban el Nicolas Cage real y el Nicolas Cage de ficción es la gran cuestión de la película que, por supuesto, queda sin resolver. De lo que no hay duda es de que él aprovecha para citar o hablar de muchas de sus películas, como Los Croods, La mandolina del Capitán Corelli –de la que afirma que fue incomprendida–, Con Air, Cara a cara, La Roca, Tess y su guardaespaldas, Hechizo de luna… Al margen de esto, la película está llena de guiños cinéfilos, algunos surrealistas como cuando Cage reconoce que las películas mejores de la historia del cine son El gabinete del Doctor Caligari y Paddington 2. Y es que la cinta tiene mucho de cine dentro del cine. Y una de las formas de mostrarlo es el cóctel de géneros que nos brinda: comedia, drama, suspense, thriller, acción… géneros entrecruzados en un colash que mantiene al espectador clavado en la butaca. Narcotráfico, intrigas políticas, sueños de un escritor, romances imposibles, amistad sincera, relaciones paternofiliales… cabe de todo en este febril largometraje.

En realidad, más allá del homenaje desacomplejado que Nicolas Cage se marca en este film, lo que hace es algo que ya hemos visto muchas veces: reivindicar el trabajo de actor. Un trabajo que ayuda a la gente a abrir horizontes, a sentir nuevas experiencias, a vibrar con la épica y la adrenalina ajenas. La película nos zambulle en las miserias y en las grandezas del actor. «Para mí no es más que un trabajo con que pagar mis facturas», declara ante la decepción de los que le mitifican. Pero en esta ocasión va a tener la oportunidad de demostrar que también puede ser un héroe en la vida real. Que en este caso es otra película. Un lío.

En fin, no estamos ante una cinta de Tarantino o de los Coen, pero es una película muy lograda, que entretiene con inteligencia y arranca carcajadas. Lo que está claro es que muchos ya no van a mirar a Nicolas Cage de la misma manera. Eso que se lleva.