'Sinjar': historias de mujeres que atraviesan el odio con amor

Hay muchos focos de odio en el mundo. En 2014, Siria fue testigo de experiencias históricas de mal, muerte e inhumanidad, cuando las tropas del Estado Islámico arrasaron los pueblos del Kurdistán iraquí. Allí, en Sinjar, vivía Iman Ido Koro, una niña kurda de 9 años que cayó en manos de ISIS. Los islamistas se la vendieron como esclava por cien dólares a un hombre de setenta años, el cual la maltrató, la humilló, la hizo pasar hambre y la violó hasta los 13 años. Iman hoy es una adolescente de 17 años, herida psicológicamente, llena de miedos y traumatizada. Pero ha decidido protagonizar una película que cuenta la historia de mujeres que sufrieron como ella. Y ha querido hacerlo con la esperanza de que su trabajo como actriz, que interpreta a una víctima del ISIS que logra escapar, sea para ella una experiencia sanadora. Y así es como Iman, ahora conocida como Eman Eido, interpreta a Arjin en Sinjar, la última película de la directora catalana Anna M. Bofarull (Sonata para un violoncelo, Hammada, ¡No pasarán!).

Pero ella no es la única protagonista de esta película que conmocionó en el Festival de Málaga. Porque Sinjar es una película que cuenta tres historias distintas basadas en hechos reales, con tres mujeres protagonistas diferentes, pero que tienen dos cosas en común: los horrores del Califato islámico y el amor incondicional por la familia.

La primera historia empieza en Barcelona, donde Carlota (Nora Navas) ejerce de enfermera en un hospital. Carlota vive sola con su hijo Marc (Guim Puig) desde que su marido falleciera a causa de un cáncer fulminante. Marc lo pasó muy mal, hasta que hizo amistad con un chico musulmán del barrio, Harit (Franz Harram), que acaba convenciéndole de que se convierta al Islam. Carlota no es creyente, pero le parece bien la decisión porque ve a Marc contento de nuevo. El giro de esta trama sucede cuando un buen día Marc desaparece sin dejar rastro. Al espectador no le será muy difícil imaginar lo que la policía desvela a Carlota: su hijo se ha ido a Siria a combatir por el Estado Islámico.

La segunda trama ocurre en la citada ciudad de Sinjar, y es donde encontramos a nuestra debutante actriz Iman Ido Koro. Arjin es la mayor de los cuatro hijos de Hadia (Halima Ilter), una mujer yazidí, cuyo marido es asesinado por las tropas de ISIS el verano de 2014. Hadia es apresada con sus hijos pequeños, mientras que Arjin logra escapar. Hadia y sus pequeños son vendidos como esclavos a la familia del anciano Abu Omar (Mouafaq Rushdie), que maltrata a Hadia, la humilla y la viola cada noche. Pero los desvelos de Hadia son para su hijo pequeño, porque Abu Omar quiere convertirlo en un alevín yihadista.

Y la tercera historia la protagoniza Arjin, que ha logrado encontrar refugio en un cuartel del ejército kurdo. Ella no está interesada en la guerra, pero se da cuenta de que si se hace soldado puede volver al frente, a Sinjar, y buscar a su madre y a sus hermanos.

Así que tenemos a tres mujeres cuyo motor es el amor a sus hijos o a su familia. En un contexto de odio radical e irracional a ellas solo les preocupa el amor, el cuidado de los suyos. Y van a ser capaces de lo que haga falta, incluso poner en peligro sus vidas, para salvar las de los suyos. Una película de mujeres que son fuertes porque aman incondicionalmente, una película de madres coraje. En definitiva, una película sanamente feminista, que no contrapone a la mujer contra el varón, sino a la mujer contra el odio y el desamor.