
El cineasta George A. Romero, en 2009 en el Festival de Venecia
Cine
Cinco años de la muerte de George A. Romero, el rey del terror de origen español
El cineasta neoyorquino, de abuelo y padre gallegos, dirigió la película fundacional del género zombi, seguramente influida por la leyenda de la Santa Compaña
Cinco años se cumplieron ayer de la muerte de uno de los reyes del cine del terror, George A. Romero, creador de la película fundacional del género zombi, La noche de los muertos vivientes (1968).
El primero en reivindicar el origen español del legendario cineasta fue Guillermo Escrigas, entonces director del CGAI (Centro Galego de Artes da Imaxe). Corría 2007. «Es primo de mi madre», explicó entonces Escrigas, fallecido el pasado año, quien explicaba que el abuelo del director, Antonio Romero Rodríguez, era natural de Neda, un municipio de la provincia coruñesa desde donde había emigrado a La Habana, tierra en la que hizo fortuna comercializando productos alimenticios gallegos y españoles, desde vinos a conservas, pasando por chorizos.

Antonio Antonio Romero Rodríguez y su mujer, abuelos del cineasta, posan el 23 de diciembre de 1905 en el estudio fotográfico de José Sellier. El bebé que está en manos de su madre es Jorge Marino Romero, padre de George A. Romero
Después trascendió que su padre, Jorge Marino Romero González, había nacido en la ciudad coruñesa y se lo llevaron a Cuba cuando tenía un año. Es de suponer que sería en 1905, pues del 23 de diciembre de ese año data una fotografía en la que Antonio Romero Rodríguez y su mujer, Josefa González, posan con los cinco hijos del matrimonio. Su esposa porta en los brazos a Jorge Marino. La fotografía fue tomada en la coruñesa calle de San Andrés, que era donde estaba el estudio de José Sellier, que –casualidades de la vida– es el pionero del cine español.
Jorge Marino se irá a Cuba con la familia pero acabará en Nueva York, donde fruto de relación con la lituana Ann Dvorski nacerá en 1940 Jorge Alejandro Romero, nombre real del cineasta.
De igual manera que el escritor Carlos G. Reigosa sostiene que los fantásticos relatos de Tranquilina Iguarán Cotes, la abuela de origen gallego de García Márquez, fueron el caldo de cultivo del realismo mágico del Nobel colombiano, parece evidente que la Santa Compaña y otras viejas historias gallegas sobre la muerte –transmitidas por vía oral desde la noche de los tiempos– algo tuvieron que ver en la creación del género zombi. «Esas leyendas están en mi subconsciente, no puedo negarlo», concedió George A. Romero en declaraciones al periodista Santiago Romero publicadas en 2008 en La Opinión de A Coruña.
No todos los descendientes de los abuelos del cineasta hicieron las Américas. En la ciudad coruñesa se asentaron Pura y Nena, tías de George A. Romero. «Podría decirse que fueron también productoras de mi primera película, porque me ayudaron a financiarla», dijo de ellas en la citada entrevista. En efecto, parte de los 114.000 dólares que costó La noche de los muertos vivientes fueron adelantados por sus tías. La película recaudó 42 millones de dólares.
En España, el género zombi tuvo un gran representante en un coruñés que también conocía muy bien las leyendas gallegas, el coruñés Amando de Ossorio (1918-2001), autor de la conocida como «La tetralogía de los templarios», iniciada con La noche del terror ciego, rodada en 1971 al rebufo del éxito mundial de La noche de los muertos vivientes.
El 16 de julio de 2017, George A. Romero se fue al mundo que tanto visitaron sus personajes: el de los muertos. Como nunca llegó a pisar a Galicia, quizá haya ido, en forma de espíritu, a San Andrés de Teixido, esa aldea de Cedeira –cercana por tanto a Neda– a la que, según reza la tradición, vai de morto o que non foi de vivo («va de muerto quien no fue de vivo»).