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Dos estrellas de Hollywood ganaron el Oscar al mejor actor un año después de recibir el Oscar honoríficoGTRES

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Las dos estrellas que ganaron el Oscar al mejor actor un año después del Oscar honorífico

Este 12 de agosto se cumplen 40 años de la muerte de uno de los grandes actores de la historia de Hollywood

Contábamos hace poco, con motivo del 90º aniversario de su nacimiento, que Peter O’Toole quiso rechazar el Oscar de honor que le había concedido la Academia de Hollywood. Pensaba que ese gran reconocimiento representaba, implícitamente, la imposibilidad de ganar una estatuilla al mejor actor o mejor actor de reparto y, al mismo tiempo, también algo parecido a un adiós a su carrera.

Se equivocaba Peter O'Toole y así se lo hizo ver la Academia, que recurrió a dos excelentes ejemplos para demostrarle que no era así. Que, después de sus siete nominaciones como mejor actor –todas ellas sin premio–, aún podía aspirar a conseguir una octava y levantar el Oscar con independencia de haber alzado el premio honorífico. La Academia convenció a Peter O’Toole, que aceptó el Oscar honorífico de 2003 y cuatro años después fue nominado por octava vez en la categoría de mejor actor por Venus. El resultado, eso sí, fue el mismo que las siete anteriores.

Los dos ejemplos a los que recurrió la Academia de Hollywood para convencer, con éxito, a Peter O’Toole compartían un sorprendente logro: el de ganar el Oscar al mejor actor tan solo un año después de recibir el Oscar de honor. El primero de ellos fue Henry Fonda, de cuya muerte se cumplen 40 años este 12 de agosto.

Henry Fonda solo había optado al Oscar en dos ocasiones (por Las uvas de la ira y por 12 hombres sin piedad) antes de recibir el Oscar honorífico en 1981. Al año siguiente, gravemente enfermo, recibió su tercera candidatura por su soberbia interpretación del cascarrabias Norman Thayer Jr. en la película En el estanque dorado. A la tercera fue la vencida para Henry Fonda, que ganó el Oscar al mejor actor. Su hija Jane lo recogió en su nombre en 1982. Meses después de aquella noche, el 12 de agosto, Henry Fonda fallecía a los 77 años.

Cinco años después, otra estrella de Hollywood repetía el sorprendente logro de Henry Fonda. Era Paul Newman, que en 1987 logró el Oscar al mejor actor por El color del dinero tan solo un año después de merecer el Oscar de honor como reconocimiento a su carrera, a su integridad y a su dedicación. Newman no recogió la estatuilla honorífica pero agradeció el galardón con un discurso vía satélite desde Chicago. El actor tampoco estaba presente en la ceremonia de entrega de los Oscar cuando Bette Davis y Robert Wise leyeron su nombre como ganador por El color del dinero.

Paul Newman aún recibiría otro reconocimiento por parte de la Academia de Hollywood, que lo recompensó en 1994 con el premio humanitario Jean Hersholt. Después obtendría dos nominaciones más, esta vez sin éxito: una al año siguiente como mejor actor por Ni un pelo de tonto y otra, la décima de su carrera, como actor de reparto por Camino a la perdición.