¿Pero qué le pasa a Orestes en 'Pasapalabra'?

Sigue contando chistes malos y resistiendo en el concurso más seguido de la televisión española, y eso tiene –lo segundo– un mérito extraordinario. Pero está claro que algo le pasa al burgalés Orestes Barbero. En las últimas semanas ha dinamitado algunos de los récords del programa que ostentaba Pablo Díaz, el GOAT de este programa, sí, pero eso no oculta que lleva diez duelos sin catar la victoria y ha estado dos veces al borde de la eliminación en la «silla azul», que antes superaba sin despeinarse.

El pasado lunes superó los 260 programas consecutivos de Pablo en Antena 3, pero en realidad había estado 122 más en Telecinco, con lo cual está cerca de alcanzar los 400. El próximo 1 de noviembre cumplirá un año y un mes seguido a la vera de Roberto Leal. Es una absoluta barbaridad.

Esta sección de El Debate se llama «La semana de la tele» y nadie lleva más semanas seguidas en la tele que este burgalés de fuertes convicciones religiosas. Está exhausto. Los primeros síntomas llegaron allá por agosto. Le salió un «rosco» con el que, con un poco de concentración, se podría haber ido a los 23 aciertos, pero se quedó en los 20. Leal le preguntó que le había pasado. «Son muchos programas, muchas tardes», se excusó. «El desgaste», se le escuchó decir después.

Esa es la palabra: desgaste. Eso es lo que le pasa a Orestes. Por eso el último día de agosto casi cae en la «silla azul», lo mismo que estuvo a punto de pasarle el martes, el día en que precisamente batió el récord de Pablo de programas consecutivos. Por eso lleva diez duelos sin superar al sevillano Rafa Castaño. Por eso en la semana que acaba de terminar se quedó tres tardes en los veinte aciertos, cuando lo normal es que alcande los 22 o más.

Normal el agotamiento mental. De los 264 programas que lleva en Pasapalabra, en la gran mayoría (203) se ha enfrentado o a Jaime Conde o a Rafa Castaño, dos rivales que lo llevan al límite y que lo superan claramente en el balance particular de duelos. Son superiores a él, pero Orestes sigue ahí, resistiendo.

Enfrente tiene a un rival fresco, que llegó cuando Orestes ya llevaba 163 programas seguidos peleando por el bote, un contrincante al que vimos por primera vez pelear contra el burgalés en Antena 3 el pasado 1 de junio, o sea, ocho meses después de la llegada del ahora agotado aspirante a los dominios de Roberto Leal.

Nadie duda de que Orestes se ha hecho merecedor de ese bote. Pero, a medida que pasan los días sin lograrlo, es más evidente el agotamiento mental se va incrementado y lo aleja del objetivo. No ocurría así con Pablo Díaz, al que ningún rival superó en victorias en su duelo particular. El violinista tinerfeño era un concursante mucho más sólido.