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E.T. se estrenó hace 40 años

E.T. El Extraterrestre se estrenó hace 40 años

Historias de película

Los tres genios que inspiraron la cara de E.T.

Carlo Rambaldi tomó como modelo el rostro de tres personalidades para crear la imagen del personaje

Como tantos niños, Steven Spielberg se inventó un amigo imaginario. En su caso, para sobrellevar la mala relación de sus padres, que acabaron por divorciarse. Pero lo que realmente diferenciaba al amigo imaginario del joven Spielberg de los demás era su origen. Su naturaleza. Ese amigo que solo existía en la imaginación de Steven Spielberg –un planeta en sí mismo– era un extraterrestre.

Unos cuantos años más tarde, en 1977, Spielberg filmó Encuentros en la tercera fase. Al rodarla, le asaltó una duda: ¿qué pasaría si el extraterrestre que saluda se quedase en vez de subir a la nave? De una película saldría otra que, cinco años después, se convertiría en la más taquillera de la historia del cine (sin contar la inflación) y conservaría ese privilegio hasta que, en 1993, los dinosaurios arrasaran con todo. El récord de Spielberg con E.T. El Extraterrestre se lo quitaría el propio Spielberg con Parque Jurásico.

De ese amigo imaginario y de esa escena de Encuentros en la tercera fase nacería una criatura como E.T. cuyo desarrollo presentaba todo tipo de dificultades. De entrada, no era una tarea sencilla conseguir que un extraterrestre despertase la simpatía de los espectadores. Eso en lo emocional. En lo técnico, dar vida a un personaje como E.T. a comienzos de los años 80 era aún más complejo.

La inspiración de Carlo Rambaldi para E.T.

Por un lado se trabajó con un modelo animatrónico que ahora ha salido a subasta por un precio de otro planeta: tres millones de dólares. Lo diseñó Carlo Rambaldi, el creador de la cabeza de la criatura de Alien, el octavo pasajero, otra obra maestra del cine de ciencia ficción. Rambaldi había ganado un Oscar especial por su trabajo en la versión de King Kong de John Guillermin con Jeff Bridges y Jessica Lange como protagonistas. Luego se llevó otro por Alien, el octavo pasajero. Y aún recibiría un tercero por una película como E.T. El Extraterrestre a la que llegó de rebote.

En realidad, E.T. El Extraterrestre pudo haber sido una cinta de terror titulada Night Skies. Spielberg llegó a encargar el diseño de los personajes a Rick Baker, pero Night Skies no era la película que quería filmar Spielberg, que confió a Carlo Rimbaldi, con quien había trabajado en Encuentros en la tercera fase, el bosquejo de esa criatura alienígena que debía conmover al espectador. Rimbaldi se puso manos a la obra. Para dar rostro a E.T. se inspiró en las caras de Albert Einstein, Ernest Hemingway y el poeta Carl Sandburg. También en un perro de la raza pug. La mezcla, explosiva, funcionó. Aún lo hace, ya 40 años después de que E.T. aterrizase en las salas de cine apuntando con su dedo en dirección a su casa.

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