Está al caer: Rafa y Orestes rondan el bote de 'Pasapalabra'

Huele a bote en Pasapalabra. Sabemos que un par de semanas antes de que esto ocurra, Antena 3 empezará a promocionar el acontecimiento, así que no será inminente, pero en los últimos días se ha tumbado uno de los tópicos más recurrentes del programa: que, por puro interés, porque la audiencia va como un tiro, la «tele abierta» pondrá «roscos» imposibles de completar al burgalés Orestes Barbero y al sevillano Rafa Castaño hasta el infinito, si una nueva sentencia judicial no lo impide. La realidad reciente lo desmiente.

Empezaremos diciendo que los dos aspirantes se han quedado a una sola respuesta del gran premio en cinco ocasiones en menos de un mes: tres veces el andaluz (en los programas del 26 de octubre y del 7 y 8 de noviembre) y dos el burgalés (9 y 18 de noviembre). Claramente, ambos están rondando el gran premio.

Dos casos llamativos

Pero iremos un paso más allá. La verdad es que, en total, han estado quince veces (nueve Orestes y seis Rafa) a una respuesta correcta de completar la prueba estrella y llevarse el bote, pero solo una de esas veces hubo opciones reales. Ocurrió el pasado viernes, cuando, en su primer turno, el burgalés acertó las cuatro primeras preguntas y a la quinta respondió «Escobedo» cuando Roberto Leal le preguntó el apellido del secretario de Carlos V que en 1555 autorizó la renuncia de éste a los estados de Flandes en favor de Felipe II. Había «mirado», como dice él, la respuesta correcta (Eraso) pero se le cruzó el otro apellido. Entonces no lo sabía, pero acababa de perder el bote. A continuación, en su segundo turno, acertó 20 respuestas seguidas y se quedó a una del gran premio. Es decir, era un «rosco» que, con algo más de paciencia, podría haber completado.

Y hay otro caso que acredita que el bote es posible: ocurrió también la pasada semana, en el programa emitido el pasado martes. El burgalés y el andaluz empataron a 22 aciertos, sin fallos, pero eso no fue lo llamativo. Lo curioso es que Rafa tenía las contestaciones correctas para las tres preguntas que no supo contestar Orestes.

Estos dos casos desmienten a los que dicen que resolver todo el panel se ha puesto imposible: el burgalés lo habría completado de haberlo rumiado un poco más y el sevillano sería ahora millonario si le hubiese correspondido en el reparto el «rosco» de Orestes. Lo dicho: huele a bote.