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Dalí y Walt Disney, durante una visita del productor americano a la residencia del pintor en Cadaqués, en 1957EFE

Historias de película

Walt Disney y Dalí: la amistad que nació a la sombra de Hitchcock y que no bastó para el éxito

El alma mater de Disney visitó en 1957, en uno de sus pocos viajes a España, la residencia del excéntrico pintor para hablar de su fallido proyecto juntos

Muchos podrían pensar que el famoso productor Walt Disney y el excéntrico pintor Salvador Dalí no tenían nada que ver. Y quizás era así, pero la verdad es que ambos forjaron una gran amistad. Se conocieron en el Hollywood de 1946: Dalí trabajaba en los paisajes de Recuerda, dirigida por Hitchcock, y Disney ya había revolucionado el mundo del cine con sus dibujos animados. Fue Jack Warner, de los hermanos Warner que dieron nombre al famoso estudio, quien medió para presentarlos. Tanto Disney como Dalí, así como sus respectivas parejas Lilian Bounds y Gala, disfrutaron sobremanera de esa velada. No pasó mucho tiempo hasta que productor y pintor pensaran en trabajar juntos. Aunque su alianza profesional no proliferó tanto como su amistad. Incluso estuvo a punto de arruinarles.

Durante su viaje a Barcelona en 1957, el productor Walt Disney y su esposa, Lilian Bounds, visitan al pintor Salvador Dalí y su esposa, Gala, en su casa de CadaquésEFE

El destino unió a Disney y Dalí. Pero también fue Destino –el título del cortometraje en el que trabajaron juntos– quien casi les lleva a la ruina. Bueno, el cortometraje y los escarceos de Walt con corrientes artísticas vanguardistas que no fueron bien acogidos, ni entendidos, por el público de la época. En 1940, la compañía de los hermanos Disney estrenaron Fantasía en cines de Estados Unidos. El compendio de cortometrajes de animación con banda sonora de orquesta que hoy en día es considerada una obra de arte, no lo fue tanto en su estreno. Su fracaso provocó la desconfianza crediticia del Banco de América. Una pérdida de confianza que ni el éxito, un año más tarde, de Dumbo logró revertir. Además, la guerra impuso sus propias reglas económicas y el cine de animación no figuraba entre sus planes.

Aunque su protagonista es Mickey Mouse, la cinta Fantasía pretendía ser un paso hacia el cine animado para adultos. Con su armonía entre modernos efectos especiales y música de orquesta sinfónica convertida en eje vertebrador de la cinta, Disney quería atraer a un público adulto. La idea de Walt era que Fantasía se convirtiera en un recopilatorio anual de las animaciones y dibujos más modernos del momento, cobijados bajo inéditas partituras de compositores contemporáneos. Pero Fantasía tuvo que aguardar varias décadas hasta ser la cinta de culto que es considerada hoy en día.

'Fantasía', de fracaso a obra maestra

El productor Walt Disney conversa con Dalí y Gala en Cadaqués, en 1957EFE

El puritanismo de los Estados Unidos no impidió que Walt Disney experimentara, con más fracaso que éxito, con la simbiosis entre el arte vanguardista y el cine animado. Un ejemplo de ello es Tocata y Fuga, un cortometraje de 1939 que se incluyó en Fantasía, que contiene evocaciones a la obra de Kandisnky o de Miró.

Tanto Dumbo –en la célebre escena de la borrachera del elefante huérfano– como Alicia en el país de las maravillas –impregnado en la misma esencia de la historia original– también tienen una fuerte influencia del surrealismo. Esta tendencia artística fue la que, quizás, empujara a Disney a trabajar con el pintor de los relojes derretidos.

Fotograma de Destino, el cortometraje realizado por Dalí para Disney

En este contexto se enmarca Destino, un cortometraje firmado por Dalí y pensado para formar parte de una nueva entrega de Fantasía. Fue la primera vez que alguien combinaba arte surrealista con cine animado. Disney quería que, tanto crítica como audiencia, miraran a la animación como una disciplina artística tan válida como cualquier otra. A Dalí no hizo falta convencerlo, se sumergió en el proyecto de lleno desde el primer momento. El artista, famoso por su independencia, se entregó sumiso a Disney junto a John Hench, un artista de la compañía Disney que trabajó en Fantasía y Dumbo.

60 años guardada para llegar a los Oscar

Técnicas de dibujo basadas en el subconsciente de Freud, con imágenes dobles ocultas, la particular forma de entender el arte de Dalí y la atenta mirada cinematográfica de Disney no evitaron que Destino terminara guardada –tras ser aplazado su estreno sine die por las estrecheces económicas de la productora– en una lata en uno de los almacenes de la compañía.

A pesar del fracaso laboral, la amistad entre Disney y Dalí no se resintió: «Le considero un amigo. Nuestra relación laboral fue muy alegre, por si alguien se lo pregunta. Dalí no es el culpable de que este trabajo en el que los dos estábamos inmersos no se haya completado», dejó escrito Walt a propósito del fracaso.

Tuvieron que pasar seis décadas hasta que un sobrino de Walt Disney, Roy E. Disney, encontrara Destino en los archivos de la compañía. Consciente del valor artístico del proyecto, enseguida ordenó a un equipo que llevara el proyecto a puerto final. La obra inacabada de Dalí y Walt Disney vio la luz en 2003: siete minutos en los que Disney se convirtió en Dalí y Dalí en Disney. El corto llegó a estar nominado a los Oscar.