¿Resucitará ahora la asociación de afectados por Chicote?

Hacía tiempo que a Chicote no le salía un enemigo tan incómodo. En concreto, hay que remontarse seis años y pico atrás en el tiempo. Entonces, los propietarios de un mesón de Ferrol dirigieron una gran ofensiva contra el programa y su máxima estrella, y consiguieron sumar a una veintena de adictos a su causa. Se articuló así la Asociación de Afectados por Pesadilla en la Cocina, de la que nunca más se supo. Tras aquella lejana crisis reputacional, llega ahora otra, liderada por Chema, del Leña y Carbón de Puertollano. ¿Resucitará la asociación? ¿O bien liderará este ofendido hostelero una nueva? ¿El asunto se quedará en una rajada descomunal? El tiempo lo dirá. Y dará o quitará razones.

La anterior crisis se desató en octubre de 2016. Entonces, Chicote visitó el Mesón Irlanda, en la ferrolana calle Dolores. Tras la emisión del programa, el dueño del local, José Manuel Gil, se fue de la lengua. Acusó al chef de hacer un programa que en realidad es un montaje. Aseguró que el equipo de Chicote colocó chorretones de grasa en una campana extractora y lo acusó de haber incumplido la promesa de que cambiaría la cocina. También lamentó que sus propios empleados se plegaron al guion del programa y por ello los despidió tras la grabación. Después tomó el relevo su mujer, Manoli Paz, quien acusó a Chicote de ir a buscar follones, de haberla obligado a hacerse pasar de cocinera en el programa, cuando no lo era, y de dejarla en mal lugar al catalogarla como una vidente cuando tampoco lo era.

La productora del chef madrileño replicó que «todo» lo que se veía en el programa era «real» y que la reforma del local se llevó a cabo según el criterio del programa. En definitiva, negó la mayor.

Reunión de los afectados

La respuesta no convenció. Ni a José Manuel ni a Manoli ni a muchos otros. Poco después, en diciembre de 2016, Manoli anunció la creación de una Asociación de Afectados por Pesadilla en la Cocina.

Los fundadores de este colectivo se reunieron en Madrid el 19 de enero de 2017. Eran 22. Entre ellos destacaban locales como El Café Zamora, El Castro de Lugo o La Mansión de Navalcarnero. El dueño de este último había denunciado al programa, pero había perdido el juicio, lo que achacaba a que en la sala solo habían dejado hablar a Chicote y a sus abogados. Todos ellos, como el resto de los establecimientos participantes en el programa, habían firmado un contrato con unas cláusulas que consideraban abusivas: «Si incumples el contrato pagas una indemnización toda la vida», lamentó Manoli.

Ese mismo día se anunció que Martín Herreros Abogados sería el despacho que representaría a la nueva asociación, que esperaba sumar a más hosteleros antes de emprender la ofensiva legal.

Han pasado casi cinco años desde aquel momento y no se ha vuelto a saber nada de este colectivo. De aquella demanda conjunta nunca más se supo. El virulento ataque de Chema ha vuelto a poner a Chicote en el centro de la diana. ¿Se sumarán nuevas voces, como ocurrió entonces? ¿Volverán también las del pasado? Una que seguro no volverá será del Mesón Ferrol, puesto que cerró en septiembre de 2019.