Los Premios Feroz, la alfombra más roja del cine español: «Queremos ser reivindicatives»

«Buenas tardes a todas, a todos, a todes… Bienvenidos a la décima edición de los Premios Feroz». Solo es el saludo inicial de David Martos, presentador de la alfombra roja que precede a la entrega de premios, y la carga política –y el ridículo por el uso, gratuito e innecesario, del lenguaje inclusivo– ya está presente en los primeros segundos de una retransmisión que solo se sigue por YouTube. «En esa alfombra roja está nuestre compañere de AICE (la Asociación de Informadores de Cine de España), Mariona Borrull. Bona tarda, buenas tardes», continúa David Martos. Bona tarda. ¿Acaso la gala se celebra en Barcelona? No. Los Feroz se entregaban en Zaragoza. Mariona Borrull, que en su cuenta de Twitter dijo estar en su momento «orgullosísime de publicar la primera crítica en la historia de Fotogramas donde se emplea el género neutro», responde: «Aquí, muy bien, David, un poco muerte de frío». «Queremos ser más reivindicatives», dirá Mariona Borrull más adelante, mientras desfilan por la alfombra más roja del cine español estandartes del progresismo como Almodóvar y Luis Tosar, dos los fervientes defensores de la sanidad pública que, empero, acuden a la sanidad privada.

Son los primeros pasos de una noche, la del pasado sábado, que terminaría con la detención del productor Javier Pérez Santana por una presunta agresión sexual a Jedet, una de las actrices trans que interpretó a La Veneno en la serie de Atresmedia, en la fiesta posterior a la gala. El director de cine Marc Ferrer y el escritor Bob Pop se sumarían después a las denuncias de los supuestos abusos cometidos por Javier Pérez Santana tanto en esta edición como en años anteriores.

Los Premios Feroz los concede, desde 2014, la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE). Su presidenta es María Guerra, crítica progresista de cine y series que trabajó durante casi 30 años en la Cadena SER y que ha presentadora varios programas y especiales de los Oscar en Movistar+. El sábado, en la gala de los Feroz, María Guerra tenía a un lado a Miquel Iceta, ministro de Cultura. Al otro, a Yolanda Díaz. Cuando Almodóvar recoge el premio de honor, los tres contemplan ensimismados la soflama del manchego contra Isabel Díaz Ayuso a costa de la sanidad pública. Y aplauden con un punto de emoción más política que cultural sin caer en dos detalles: uno, que la gestión de Ayuso en la Comunidad de Madrid alcanza la excelencia; y dos, que en la misma frase en la que Almodóvar defiende la sanidad pública, reconoce que él acude a la sanidad privada. Podría haber denunciado Almodóvar el ataque verbal y el intento de escrache a Ayuso en la Universidad Complutense de Madrid. Lejos de hacerlo, cargó además contra ella. Podría también Almodóvar –Pedro, su hermano Agustín o, mejor, los dos– haber denunciado las agresiones sexuales en la fiesta posterior a los Premios Feroz. Pero tampoco.

Almodóvar ha sucedido este año en el palmarés del premio de honor de los Feroz a Celicia Bartolomé, directora y coguionista de Vámonos, Bárbara (1978), la primera película española feminista, y que en su cine trató temas como el aborto y la crítica a la Iglesia. Y allá que se lanzaron los Feroz a premiarla. Como a Eduardo Casanova, ganador del Premio Arrebato de Ficción 2023 por La piedad, la película que, como contamos en El Debate, recibió una ayuda de 317.000 euros por parte del Ministerio de Cultura y que, en sus dos primeras semanas en las salas, solo han visto 2.400 personas. Todo a menos de dos semanas de la gala de los Goya 2023, que se celebrará el sábado 11 de febrero. Ahí también habrá alfombra roja.