Los desahucios ya son ficción

Esta semana ha llegado a Amazon Prime Video En los márgenes. Sus abonados la pueden ver gratis. Para ser una película protagonizada por dos de los actores españoles más galardonados, Luis Tosar y Penélope Cruz, su paso por los cines no dejó demasiada huella (salvo si la comparamos con la de Eduardo Casanova, en cuyo caso resulta ser Titanic): 175.813 espectadores, la decimocuarta española que más público llevó a las salas nacionales el pasado año. Las críticas especializadas –pésimas– no ayudaron. En los márgenes aborda el espinoso tema de los desahucios, de los que, con motivo del estreno de esa película, se ha vuelto a hablar en los telediarios, donde ya hace años que este drama dejó de ser noticia. «La gente piensa que los desahucios ya no ocurren, pero hay cien al día», ha puesto el dedo en la llaga el director de este largometraje, Juan Diego Botto, que se queja de que el foco informativo está ahora a kilómetros de este tema. El que critica este olvido no es un peligroso derechista, sino un artista claramente alineado con la izquierda, ya desde sus inicios, cuando las Historias del Kronen. ¿Por qué este tema se ha pasado de moda? ¿Por qué en los telediarios apenas informan ya de desahucios? Hagamos un poco de historia.

Hubo un tiempo, allá por 2014, quizá un poco antes, en el que los desahucios copaban tantos minutos del Telediario como los deportes (ya no digamos en programas tipo El intermedio). Casi se convirtieron en una sección fija. Por entonces se vivía el final de la depresión económica española, que se había iniciado en 2008. Las cifras de ejecuciones hipotecarias de 2014 nos dicen que ese año se llegó a la cifra 34.880, el máximo registrado. Para que ese récord de lo que jurídica y eufemísticamente se denominó «lanzamientos» fuese posible ayudó que, unos años antes, un Gobierno del PSOE desarrollase y pusiese en marcha una modificación de la Leyde Enjuiciamiento Civil que permitió el llamado «desalojo exprés», del que los socialistas se enorgullecieron durante mucho tiempo. Hasta que les convino olvidarlo. 2014 fue el año del nacimiento de Podemos y de su asombroso resultado en las elecciones europeas, que supuso el despegue de Pablo Iglesias II y sus acólitos. Ada Colau era una presencia habitual en los telediarios en su condición de lideresa de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que justo dejó en mayo de ese año precisando que no ficharía por ningún partido político (justo un año después era alcaldesa de Barcelona con su propio proyecto ideológico, Barcelona en Comú). Las gentes salían a las calles y gritaban «ni casas sin gente ni gente sin casa» y «salvan bancos pero no personas». Hubo hasta políticos haciendo barricadas delante de viviendas que iban a ser desalojadas. Todo ese caldo de cultivo se sintió en las urnas en mayo de 2015, cuando se celebraron las elecciones municipales que auparon a Carmena, Colau, Kichi y mareas varias.

En 2014 gobernaba Mariano Rajoy, que siguió en Moncloa hasta 2016. El número de ejecuciones hipotecarias fue bajando progresivamente –a medida que mejoró la situación económica– hasta 2019. Desde entonces llevamos dos años de repuntes, 2020 y 2021. Especialmente llamativas fueron las cifras de este último año computado de forma íntegra con datos oficiales, cuando se dispararon un 58 % y y llegaron a rozar las 12.000. Sin embargo, y en esto lleva toda la razón Juan Diego Botto, ni hay gente en la calle gritando «ni casas sin gente ni gente sin casa», ni políticos encadenados a las puertas de las viviendas ni minutos dramáticos en el telediario. En sus muchas entrevistas promocionales (fue hasta El Hormiguero), Juan Diego Botto daba esta explicación: «Lo que sucede todos los días no es noticia, y los desahucios siguen sucediendo». Sin embargo, hay quien da otra explicación, que sería más política que periodística: en 2020 y 2021 gobernaban PSOE y Podemos, que eran los que agitaban las calles. Es el mismo motivo que explicaría que cuando la inflación estaba en -1,2 % en 2015 cierto programa de La Sexta considerase chistoso decir que Rajoy estaba condenando al país a vivir en plan posguerra y ahora, cuando está por las nubes, haga mutis por el foro.

Sea como sea, los desahucios siguen siendo una realidad, pero ya solo se habla de ellos en la ficción. ¿Tendrán su hueco la próxima semana en los Goya, donde En los márgenes aspira a cinco cabezones? ¿O se hablará más de Isabel Díaz Ayuso, como en los recientes Premios Feroz? El próximo sábado tendremos las respuestas.