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El actor Sam Neill durante la ceremonia de apertura del 67º Festival de Cine de San SebastiánGTRES

Sam Neill y por qué tiene una vaca que se llama Helena Bonham Carter

El actor cuenta con un gran número de celebridades en su granja de Nueva Zelanda de la talla de Kate Winslet, Michael Fassbender o Jeff Goldblum

«Michael Fassbender es un idiota», comenta entre suspiros Sam Neill. «Honestamente, es muuuy lento. Tengo unas pollitas demoníacas que le arrancan la comida de la boca y el pobre Michael Fassbender se queda ahí parado…»

Realmente, Neill no está hablando del actor con el que compartió pantalla en 2007. Ni mucho menos. A él lo que le divierte es llamar a los animales que tiene en su granja como sus excompañeros de reparto.

El protagonista de Parque Jurásico vive en una extensión de cinco hectáreas en la región de Otago, la zona vitícola más meridional de Nueva Zelanda. Allí tiene una vaca «encantadora» que responde al nombre de Helena Bonham Carter (con quien actuó en El juego de la venganza), al tierno cordero Jeff Goldblum o la cerda Anjelica Houston. En el gallinero de Sam Neill también hay cabida para Kate Winslet («una madre ideal porque es muy amable con sus pollos») y para el gallito Michael Fassbender. Precisamente, el intérprete germano-irlandés, que protagonizó junto a Neill el romance histórico Ángel de Francois Ozon, ha sido la única celebrity que se ha ofendido (o al menos que lo ha expresado públicamente) por formar parte de la particular granja de Sam Neill.

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Mientras ultima el lanzamiento de su autobiografía, Neill promociona The Twelve, un drama en el que da vida a un abogado que defiende a una artista enjuiciada por el asesinato de su sobrina adolescente.

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Con más de 70 películas en su haber, es la primera vez que Neill interpreta a un abogado y eso que estudió Derecho en la facultad. Su primer año de carrera fue un desastre y reconoce que se debió a que pasaba «demasiado tiempo actuando en obras de teatro, persiguiendo chicas… ¡Habilidades que resultaron ser más útiles para mí a largo plazo!» Por aquel entonces, hacer una carrera en la gran pantalla estaba muy lejos de la imaginación de Sam Neill, quien era tartamudo desde la infancia.