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Entrevista

Jesús Álvarez: «Tenía dos proyectos para seguir en TVE y no me ha recibido nadie»

El mítico presentador de deportes repasa en El Debate su impecable trayectoria de 47 años en RTVE

En paralelo a las grandes hazañas del deporte español en las últimas décadas, transcurren las vidas de los aficionados que las disfrutamos. Y, sin darnos cuenta, también las vidas de los profesionales que las han relatado. Jesús Álvarez, mítico presentador de deportes de TVE, acaba de cumplir 65 años y, debido a una jubilación forzosa, deja ahora una casa, RTVE, a la que ha dedicado 47 de esos 65 años. No les han debido de parecer suficientes a los (poco) responsables de TVE para, ni siquiera, recibir a Jesús Álvarez. Para, con una trayectoria como la suya, escuchar los dos proyectos que tenía. La elegancia que siempre ha caracterizado a Jesús Álvarez en el vestir, la muestra también cuando habla. Y eso hace aún más incomprensible, más injusto, que en RTVE no hayan querido escucharle.

–Han sido 47 años en RTVE. ¿Se le ha pasado este tiempo como una maratón o como una carrera de 100 metros lisos?

–Si te soy sincero, nunca me puse límite a lo que debería estar en ese medio, porque es el medio donde me he sentido a gusto. Pero te pones a pensar y 47 años son bastantes, sí. Bueno, no ha sido solo televisión, ha sido RTVE, porque yo empecé en la radio. Pero enseguida pasé a la televisión.

–Ana Blanco ya no presenta el Telediario y usted no sigue en TVE. Son fenómenos extraños para los espectadores…

–Siempre pensé que esto no era vitalicio. Claro que es raro. Se nos hace raro porque has estado toda tu vida, esos 47 años, ligado a un medio. Y, de la noche a la mañana, dices 'bueno, ahora ya por lo menos en este medio, en RTVE, no'. Ahora habrá que hacerlo en otro sitio, que seguro lo encontraremos. Si les apetece seguir viendo la cara de uno, pues que sigan en otros medios.

–Fíjese si será un fenómeno extraño, que el día que le hicieron un homenaje en el Telediario, usted estaba comiendo con Iker Jiménez…

–(Risas) Iker Jiménez es un personaje al que he conocido. Empezamos con whatsapps porque nos unió un amigo común y dijimos 'tenemos que quedar un día'. Y justo el día que elegimos para comer, me encuentro con la sorpresa de que me hacen un recorrido por mi vida muy cariñoso que me hizo Rosana Romero. Me ha gustado mucho. No lo esperaba, sinceramente. Eso quiere decir que has formado parte del mobiliario de esa casa. No que seas un mueble, sino que has formado parte del mobiliario (ríe).

–¿Qué le gustaría hacer ahora?

–La continuidad de lo que estaba haciendo. En los últimos años he hecho Alvarez Café, con entrevistas a grandes personajes del deporte. Ahora me gustaría ampliarlo también a la cultura, la sociedad... Hay gente que tiene muchas cosas por contar y hay que darles la posibilidad de que tengan ese espacio.

–¿Cómo han vivido los periodistas deportivos de TVE como usted la gran evolución del deporte español en este tiempo?

–En los primeros Juegos Olímpicos a los que acudí, Los Ángeles'84, ganamos cinco medallas nada más. Luego vino Barcelona'92 y las 22 medallas que conseguimos. Fue el anticipo de lo que vino después. Contar el triunfo de la selección española de fútbol en el Mundial de Sudáfrica ha sido el momento más satisfactorio de mi trayectoria deportiva. Y mira que he visto cosas.

Jesús Álvarez, durante su entrevista en El DebateJorge Ruiz

–Estuvo presente, como reportero de TVE, en el histórico 12-1 de España a Malta. ¿Qué recuerda de aquella noche?

–Manuel Campo Vidal me dio paso en el Telediario y empecé a contar una película, que yo mismo iba alimentando, de que teníamos posibilidades de conseguir la clasificación. Y cuando despedí la conexión, me dije: 'Jesús, vaya bolas que has contado' (risas). Fue una noche mágica. De las mejores que he vivido en el terreno profesional, junto con la victoria del Mundial y dos o cuatro cosas más.

–El partido dejó otro momento histórico para el periodismo deportivo: el gallo de José Ángel de la Casa al cantar el gol de Juan Señor. ¿Hablaba con él de aquel momento?

–Sí, lo hemos comentado muchas veces porque José Ángel es una de las personas que llevaba la transmisión muy plana, a mi modo de ver. Ha sido un gran narrador, pero a mí me gustaba que le diera un poquito más de marcha a la narración y a veces lo hemos comentado (ríe).

–Matías Prats Cañete (el mítico narrador, padre del presentador de Antena 3 Noticias) fue una figura clave en su vida…

–Desgraciadamente perdí a mi padre muy joven, cuando yo tenía 12 años. Mi madre murió cuatro años después, y el tutor testamentario que dejó mi madre si le sucedía algo, para mi hermana y para mí, era Matías Prats abuelo. Se ocupó de nuestros asuntos burocráticos. Estuvo pendiente de nosotros, tuvimos mucho contacto con él y a mí, profesionalmente, me aportó saber cómo tenía que situar el balón en la narración.

–Su padre fue el primer presentador del Telediario y su madre era locutora de radio. ¿Tenía clara su vocación periodística desde pequeño?

–He sido periodista por genética. Hice todo el Bachiller de Ciencias. Fue el primer año que hubo Selectividad en España y cuando yo estudié COU, fue el año que perdí también a mi madre. Nos quedamos mi hermana y yo solos. Mi madre era locutora de radio y mi padre, el primer presentador del Telediario en este país. Me metí al periodismo por ADN.

–Cuando, de niño, veía a su padre en televisión y escuchaba a su madre en la radio, ¿qué sentía?

–Me di cuenta de que que mis padres se dedicaban a una profesión diferente cuando los compañeros del colegio me empezaron a pedir una foto dedicada de mi padre. Yo iba con mi padre por la calle y vi que la gente le paraba. Mi madre era una locutora a quien reconocían por la voz. Gracias también a ese trabajo que hacían, podía tener contacto directo diario con ellos. Muchas veces ni les veías en todo el día. Con mi padre lo teníamos solucionado porque, como hacía el Telediario a las tres y veníamos a casa a comer, poníamos la tele y veíamos el Telediario. Cuando decía mi padre «hola, buenas tardes», mi hermana y yo decíamos: «hola papá, buenas tardes». Y con mi madre igual, la escuchábamos por la radio.

–ETA mantuvo secuestrado a su suegro, Emiliano Revilla, durante 249 días. Mientras sufría esa angustia en la familia, usted informaba a los compañeros a las puertas de su casa…

–En aquella época pedí una excedencia. Hablé con mis jefes y les dije 'creo que mi sitio está en casa, es donde tengo que estar'. Fueron 249 días, ocho meses en estado de alerta y de no tener noticias, de tenerte que buscar la vida para resolver la situación. A los compañeros les dije: «Os voy a facilitar toda la información que pueda dentro de lo que pueda decir. Lo que no voy a hacer es engañar».

–¿Qué siente ahora cuando ve el acercamiento de presos de ETA o los acuerdos del Gobierno con Bildu?

–Siempre he dicho en esta situación cuando me han planteado esta pregunta, y es lo único que voy a contestar, que a mí ETA me debe ocho meses de vida. Punto.

Jesús Álvarez, en un momento de su entrevista con El DebateJorge Ruiz

–Después de toda una vida en la casa, ¿qué siente una figura histórica de TVE como la suya al ver la caída de audiencia?

–Yo he vivido una época en TVE en la que hemos sido los los amos del mundo. Hemos tenido audiencias millonarias, publicidad, dinero para comprar derechos de grandes acontecimientos deportivos... Ahora no tenemos ni esas audiencias ni ese prestigio. Seguramente, ni tenemos esa ilusión ni esas ideas que había antes. Me duele. Es una casa complicada. Pensé «si algún día yo soy director de deportes, ya verás cómo intento cambiar esto». Pero se queda en un intento porque, cuando llegas ahí, te das cuenta de que estás atado de pies y manos. Nuestro declive empezó cuando nos quitaron la publicidad. Estamos en una cuesta abajo.

–¿Qué profesionales echa de menos en TVE, de los que estaban antes o de los que en estos últimos años tienen menos peso?

–Echo en falta grandes entrevistadores como Joaquín Soler Serrano e Iñaki Gabilondo. Y grandes dirigentes, también. Hoy día casi todo es política en este país. No veo a los políticos dispuestos a independizar a RTVE. Echo en falta que sea un medio público periodístico, de entretenimiento, y no un medio dependiendo de un gobierno.

–¿Cuánto daño hizo la etapa de Rosa María Mateo como administradora de RTVE?

–Fue un poco incomprensible que, con todos mis respetos, situaran a una persona que ya estaba jubilada y que ya había demostrado todo lo que tenía que demostrar en sus años como profesional a lidiar un morlaco, si se me permite el término taurino, como RTVE. A mí me hizo daño porque me quitaron de hacer los telediarios sin una causa justificada. Fue el único cambio que hicieron en informativos fue el mío. Ignoro el motivo, pero creo que lo conozco.

–¿Ese motivo tiene que ver con su ropa? En concreto, ¿con el pañuelo que le caracteriza?

–El pañuelo, la corbata, la chaqueta y todas estas cosas... yo espero y deseo que no fuesen el detonante. También se aprovechó para limpiar el vestigio de lo que ellos suponían que era una etapa anterior. Creo que hay que guardar las formas y más en un medio como la televisión, donde tú entras en las casas sin pedir permiso. Me enseñaron desde pequeño que con una chaqueta y una corbata no te equivocabas nunca y así lo he seguido toda mi vida.

Jesús Álvarez, en un momento de su entrevista con El DebateJorge Ruiz

–¿Llegó a hablar Rosa María Mateo con usted?

–Sí, habló porque la perseguí durante tres días para que hablase conmigo. Y al final conseguí hablar por teléfono con ella. Rosa María Mateo no fue la culpable de mi salida de los telediarios. Ella llegó a la tele y no tenía ni idea de lo que había por ahí, ni de lo que se hacía, porque había estado apartada de TVE muchos años. Se rodeó de un equipo de asesores que le debieron de decir 'oye, que este ya lleva mucho tiempo haciendo esto, vamos a cambiar un poquito'. No creo que ella viniese con la idea de quitar a Jesús Álvarez, porque además fue el único cambio que hicieron en los informativos. Debe de haber otras circunstancias. Siempre nos miramos en el espejo de las grandes televisiones, de la BBC, de la CBS. La NBC. Y yo veo que quienes presentan los informativos es gente veterana, que tiene un prestigio. RTVE es una casa complicada. Muy, muy complicada.

–¿Se ha sentido poco reconocido por la casa?

–No, no, al revés. Yo me he sentido muy reconocido en mi trabajo durante todos estos años. Con lo que no me siento reconocido a lo mejor es con las formas. En televisión falta mucha mano izquierda. Tenía dos proyectos importantes de trabajo para hacer en la casa y pedí hablar antes de irme. A mí no me ha recibido nadie y he llamado a varias puertas para hablar cinco minutos con la gente. Tú me dices '¿es una cuestión política?' No. Es una cuestión de educación. Me puedes decir 'Jesús, oye, en este momento esto no cuenta entre nuestros proyectos, o ahora mismo no podemos afrontarlo'. Lo que sea. Pero recíbeme. Por lo menos escúchame. Que llevo muchos más años en la casa que tú.

–Como contamos en El Debate, Raquel Martínez se despidió como presentadora del Canal 24 Horas por razones profesionales. Desde fuera, cuesta entender cómo no se cuida a los grandes profesionales de la casa. ¿Qué ocurre en RTVE?

–El caso de Raquel no lo conozco exactamente. No sé por qué ha tomado la decisión. En el Canal 24 Horas tenemos una cantera magnífica de presentadores y profesionales. Y Raquel ha estado en Primera. Raquel ha jugado la Champions porque ha estado en los telediarios de La 1 en el fin de semana. Ignoro el motivo, pero a lo mejor los dirigentes de esa casa deberían mirarse el ombligo. Deberían pensar qué están haciendo mal o por qué la gente toma determinadas decisiones. No sé si estamos cuidando bien esa cantera o estamos cuidando bien a las personas que hacen la televisión, que al fin y al cabo es el reflejo de lo que de lo que se hace en las cocinas de la casa. No sé si vale el símil o se me entiende, pero creo que está claro lo que digo.

–¿Le duele ver cómo se recurre tanto a productoras externas para realizar programas cuando RTVE cuenta con una plantilla de 6.700 profesionales?

–Sí. No termino de entender por qué en lugar de destinar todo el dinero que se destina a las producciones externas no se cuenta con proyectos de la casa ni con gente de la casa para hacerlos. Teníamos excelentes programas: Estudio 1, programas como el Un, dos, tres, grandes informativos, reportajes, series... Y eso se hacía en la casa. Ahora no sé por qué lo hacen las productoras. Entiendo que ahora hay mucho más negocio televisivo que antes. Todo viene de fuera y se desprecia lo de dentro, y te lo digo porque a mí ni me han escuchado con los programas que quería presentar. Y se cogen cosas de fuera. Que algunas son buenas. Pero otras, tela marinera...

–¿Esos proyectos los vamos a ver en otra parte?

–Lo voy a intentar, pero me habría gustado, como despedida, haber dejado otro legado aparte de las entrevistas de Álvarez Café. No esperaba ese final sin por lo menos poderlo poderlo comentar.

–¿Tenía la opción de seguir en TVE?

–Tenemos un convenio que te obliga, cuando cumples 65 años y lleva más de 35 cotizados a la Seguridad Social, a marcharte. Pero yo entiendo que, ahora que estamos en plena actividad, se puede seguir un par de años o más. Se supone que es para dar cabida a a gente nueva, cuando en realidad llevamos sin convocar unas oposiciones no sé cuántos años. Diez o doce. ¿Por qué no me dejan seguir si no van a traer a gente nueva para cubrir estos puestos? Es la pregunta que dejo en el aire y que me está afectando, no solo a mí, sino a muchos otros compañeros que se han marchado antes que yo por por la jubilación obligada.

–La mítica saga de periodistas en la familia continúa…

–Tengo un hijo que que ha estudiado Periodismo y Comunicación Audiovisual, pero le veo más enfocado a la comunicación empresarial. Es muy joven, tiene 27 años y puede llegar a lo que se proponga.

–Sería impagable verle en el Telediario

–Sí. Creo que sería mejor que yo (risas).

Entrevista a Jesús Álvarez

–Si despido la entrevista diciendo que Jesús Álvarez es una leyenda del deporte, no miento...

–(Risas) No. Jesús Álvarez es una leyenda de lo que ha contado el deporte. Las leyendas del deporte son las que nos han proporcionado los éxitos y los triunfos y lo que uno ha podido contar. Yo soy leyenda de contar cosas del deporte.

–Leyenda de la televisión sí lo puedo decir, ¿no?

–Bueno, si es por los años que llevo, sí.