Tercera gala de MasterChef
'MasterChef' es un mar de lágrimas
Dos aspirantes resultaron eliminados en una jornada con las emociones a flor de piel
La tercera gala de MasterChef 11 fue la más lacrimógena que se recuerda. La emoción estuvo al final desde el principio hasta el sorprentende final, y los pañuelos fueron un objeto tan socorrido como las cucharas..
La primera prueba fue una exaltación de la cocina norteamericana, y se disputó a dúos.
Marta (Barcelona, 46 años) y Jeremy (Granada, 20) trabajaron muy sincronizados. Francesc (Lérida, 58) y Fray Marcos (Venezuela, 44) formaron una buena pareja. Catastrófico fue el dúo que formaron el DJ Jotha (León, 35) y el taxista Sergio (Madrid, 32), que fracasó al igual que el formado por Carla (Sevilla, 22) y Merce (Madrid, 51), quien se puso a llorar tras escuchar a los chefs: «Esto es un sueño hecho muy realidad», dijo –mientras interrumpía el llanto– la segunda, que es una declarada fan del programa. Eneko (Zaragoza, 38) y Álex (Barcelona, 19) hicieron un trabajo espectacular. Por contra, Luca (Barcelona, 18) y Larraitz (Bilbao, 32) destrozaron el producto. No llegaron al aprobado Pilu (Cádiz, 24) y Carlota (Valladolid, 25). Ana (Sevilla, 29) y Tuki (Madrid, 32) se compenetraron bien. Frank (Brasil, 34) y Jorge Juan (Albacete, 41) pusieron voluntad pero poco acierto. Sabor y estética tuvieron los platos de Camina (Madrid, 26) y Laura (Tarragona, 28). Lluis (Coruña, 27) y Leti (Madrid, 53) se comieron críticas de los jueces.
Laura y Camino ganaron el reto, por delante de otras cuatro parejas que destacaron los jueces: Marta y Jeremy, Ana y Tuki, Eneko y Álex, y Francesc y Fray Marcos.
Sorpresa en el reto de eliminación
Doce concursantes tenían que acudir a priori a la prueba de eliminación. Finalmente fueron diez porque las ganadoras de la primera prueba tuvieron el privilegio de salvar a dos de los delantales negros: Camino eligió a Sergio; Laura, a Carlota.
El reto consistió en recrear clásicos de la cocina francesa. Las triunfadoras dieron los platos más difíciles a Luis (cassoulet de Carcassonne) y a Karla (pot-au-feu). Merce bordó el guiso de carne. Al foie micuit de Jotha le faltó algo de sal. La merluza de Larraitz quedó rica de sabor, como la sopa de cebolla de Luca. La bullabesa de la jueza del programa, Leti, estuvo «de diez», según Jordi Cruz; «es tan bueno el plato que no parece tuyo, es un diez absoluto», corroboró Pepe Rodríguez. La gallina guisada de Jorge Juan también resultó espectacular. La patata de Frank se quedó cruda: el duro juicio de los chefs hizo llorar a este fotógrafo de moda. A la quiche de Pilu le faltó cocción, y la crítica le hizo caer un río de lágrimas por las mejillas. Lluis se pasó con el vinagre, pero las alubias y el pato le quedaron ricos. Karla tenía que hacer un pot-au-feu, pero cocinó la carne y las verduras por separado, no por error sino por ignorancia.
Los tres aspirantes mejor puntuados fueron Leti, Jorge Juan y Merce. Luca, Jotha, Larraitz y Lluis pasaron el corte. Así que quedaron solos ante el peligro Pilu, Karla y Frank. Pepe Rodríguez dijo primero el nombre de Karla… y añadió después el de Frank para sorpresa absoluta de sus compañeros, boquiabiertos en la galería.
«Vuestros platos no dieron el mínimo exigible», sentenció el de Illescas. Y el plató volvió a ser un mar de lágrimas: lloraron los dos eliminados y sus compañeros. La tercera gala de MasterChef fue, sin duda, la de los pañuelos.