Fundado en 1910

Marta González de Vega (izquierda) es la protagonista de la película De caperucita a lobaA Contracorriente Films

Crítica de cine

'De caperucita a loba': una comedia sobre las actuales relaciones de pareja

Chus Gutiérrez lleva a la gran pantalla una reivindicación del sentido común en las relaciones personales

La directora granadina Chus Gutiérrez ha tenido una larga trayectoria, tan variada como irregular. En esta ocasión lleva a la gran pantalla la primera novela de la canaria Marta González de Vega, titulada De caperucita a loba en solo seis tíos, novela también convertida por ella en obra de teatro monologada que lleva siete temporadas en cartel y que protagoniza la propia autora. Esta polifacética mujer es la guionista de las sagas Padre no hay más que uno y A todo tren, así como del programa televisivo El club de la comedia. Ha estrenado ya quince obras teatrales.

Como no podía ser de otra manera, Marta González de Vega es la protagonista en esta versión cinematográfica de Chus Gutiérrez. La historia se basa tanto en múltiples experiencias personales como en las de sus amigas, y relata cómo una mujer, Marta, va aprendiendo a desconfiar de los hombres a partir de sus fracasadas relaciones de pareja. Pero se vuelve tan escéptica que quizá no sea capaz de reconocer al amor de su vida cuando este se le cruce. Nos cuenta episodios con hombres muy diversos, y todos insatisfactorios: el que solo busca pasar buenos ratos, el raro, el que solo quiere ser amigo con derecho a roce, el ex y el que parece que va en serio. Marta quiere aprender a no sentir nada, a utilizar a los hombres para no sufrir, a reírse de ellos -y de ella misma- pero los resultados son cada vez más patéticos.

A pesar de lo explícito y procaz de algunas conversaciones, la película es en realidad una reivindicación de las relaciones de pareja de toda la vida, basadas en el amor y en un proyecto de vida común, y muestra la sorda insatisfacción -a menudo inconfesa- de las relaciones líquidas, puramente instrumentales o hedonistas. Sin abandonar nunca su tono de comedia, el guion de Marta González aprovecha para introducir críticamente cuestiones como las redes de contactos, el merchandising sexual, o la falsa necesidad de ofrecer una cierta imagen. Marta González de Vega se rodea de sus colaboradores habituales, como Santiago Segura o José Mota, que suelen ser garantía de propuestas poco ideológicas.

Aunque la protagonista comienza proponiendo aprender a reírse de uno mismo como vía para superar los fracasos sentimentales -y evitar que otros se rían de ti-, al final demuestra que lo importante es tomarse en serio las relaciones. La película así denuncia la inmadurez generalizada de nuestra sociedad en cuestiones de pareja, y propone un planteamiento maduro y consistente como única puerta para un desenlace feliz. Como la autora ha declarado alguna vez, la solución no consiste en ser superficiales, sino en profundizar verdaderamente en lo que te ha sucedido.

Para Chus Gutiérrez lo más difícil ha sido convertir un monólogo teatral en una película, y transformar en escenas y diálogos lo que era una obra con un solo personaje. Así pues, estamos ante una película para adultos, ágil y divertida, que pone sobre la mesa cuestiones de enorme actualidad, tratadas con ligereza, pero que abre a reflexiones muy sugerentes sobre las taras de nuestra sociedad y la necesidad de recuperar, sobre todo, el sentido común.