'Los tres mosqueteros: D'Artagnan', una versión entretenida y fiel de la novela de Dumas

El joven gascón D'Artagnan (François Civil) llega a París con el deseo de hacerse mosquetero y servir al rey Luis XIII de Francia (Louise Garrel), que se ve acosado por las rebeliones de los hugonotes, protestantes que cuentan con el apoyo de Inglaterra, y por los escarceos extramatrimoniales de la reina. Al llegar a París, D'Artagnan tiene sendos desencuentros con tres personajes con los que se reta a duelo consecutivamente. Ellos son Athos (Vincent Cassel), Porthos (Pio Marmaï) y Aramis (Romain Duris), tres mosqueteros a los que, a partir de ese momento, permanecerá unido para siempre.

Enésima adaptación de la primera parte de la novela de Alejandro Dumas publicada en 1844. Una película de sabor muy clásico, pero con un estilo de realismo sucio alejado del glamour de cartón piedra de tiempos pretéritos. Al frente del proyecto han puesto a un curioso director, Martin Bourboulon, que tiene una corta filmografía bastante heterogénea: ha dirigido cintas tan dispares como la película histórica Eiffel (2021) o la comedia de enredo Papá o mamá (2015). Aquí se enfrenta a una producción de mucha mayor envergadura y consigue hacerse con ella con eficacia y brillantez.

La película cuenta con un reparto en el que están algunos de los mejores intérpretes del cine francés. A los nombres ya citados, hay que añadir a Vicky Krieps en el papel de la reina Ana de Austria, Lyna Khoudri, que interpreta a la amada de D'Artagnan, Constance Bonacieux o Eva Green, que encarna a la malvada espía de Richelieu.

Una película, por tanto, entretenida, amena, algo esquemática en sus personajes, pero bastante fiel a la atmósfera de la novela. Tras dos horas de duración, Los tres mosqueteros: D'Artagnan termina con el arranque de una nueva trama, la del secuestro de la amada Bonacieux, y con el famoso letrero de «continuará», anunciando así una segunda parte, Los tres mosqueteros: Milady, cuyo estreno está previsto en los próximos meses.