El macguffin, el misterioso truco de Hitchcock adoptado por Laporta

Después de semanas de informaciones que apuntan al pago por parte del FC Barcelona al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, Enríquez Negreira, llegó la hora de las explicaciones por parte del presidente de la entidad. Joan Laporta se presentó ante la prensa en un escenario perfectamente organizado y en el que destacaban una serie de archivadores colocados en el centro del escenario.

Laporta comenzó su intervención y las cajas seguían ahí; avanzaba la rueda de prensa y ese conjunto de carpetas rojas acaparaba miradas al tiempo que el presidente del Barça defendía la posición de su club apuntando a otros como el Real Madrid. El mandatario se marchó después de más de dos horas y allí quedaron los archivadores.

Cuatro cajas rojas, una de mayor tamaño, que contenían la documentación que tenía que aportar Joan Laporta para defender la inocencia del Barcelona después de una investigación interna. Cuatro cajas rojas que no se abrieron en ningún momento y que sirvieron de homenaje al gran maestro del suspense, Alfred Hitchcock, y su recurso más celebrado, el Macguffin.

Como el propio director explico, un macguffin es un elemento o acontecimiento que consigue que los personajes avancen en la trama, pero que podría ser sustituido por cualquier otra cosa sin que nada cambiase. Eso sí, tiene que provocar cierto suspense en el espectador... como el contenido de las cajas rojas de Laporta. El dinero robado por Marion Crane en Psicosis, el supuesto asesinato de La ventana indiscreta o la propia cuerda de La soga, son algunos ejemplos destacados en la filmografía de Hitchcock.

Laporta pudo inspirarse en el maestro del suspense o en otros grandes del cine. Otro de los Macguffin más recordados de la historia es el famoso maletín que persiguen los personajes de Pulp Fiction. Quentin Tarantino homenajeó a Hitchcock y además utilizó un elemento que conectaba con otra de sus películas más conocidas, Reservoir Dogs. ¿Qué había dentro de él? Jon Travolta llega a abrirlo en la película, pero el espectador no puede ver su contenido, lo mismo que ocurre con los informes de Laporta que ocupan hasta cuatro archivadores.

Y otro genio del cine en el que se pudo inspirar Laporta es Orson Welles y su Ciudadano Kane. Una sola palabra «Rosebud» sirve para que la trama avance en la película, unas letras escritas en un trineo insuficientes para entender la magnitud de la cinta. En el caso del Barça y Negreira ha sido otro término «régimen» el que ha servido para seguir adelante en la historia. De momento, la atención se centra ahora en dilucidar qué equipo fue más «querido» por Franco, el Madrid o el Barcelona, otro posible Macguffin en una historia de rivalidad y supuesta corrupción deportiva.