El día en que Sandokán entrevistó a los Beatles

Durante un momento de los años 70 del pasado siglo, Kabir Bedi fue uno de los actores más populares del mundo. La serie Sandokán, de la que era el protagonista, se convirtió en un fenómeno mundial, especialmente en Europa, y dentro del Viejo Continente, en España y en Italia.

«Es un honor enorme que me pidieran interpretar a Sandokán. Pasé de ser un actor solo conocido en la India a ser un actor con fama mundial», contó este lunes en El Hormiguero Kabir Bedi, que singularizó su agradecimiento en el director de la serie, Sergio Sollima.

Recordó cómo lo contrataron. «Ellos querían un actor asiático. Fueron visitando distintas ciudades en Asia. Vinieron a Bombay. Todo el mundo les hablo de mí. Querían que fuese alto, muy atlético y buen actor. ‘¿Quieres venir a Roma al casting y te lo pagas tú?’, me preguntaron. Les dijo que no. Me dijeron: ‘Olvídate de tu ego’». Y fue. Superó las pruebas.

La serie empezó a emitirse, pero él vivía en la India y no se enteró del éxito hasta que volvió a Italia y, antes, anunció a un periodista la visita para que le organizase algunas entrevistas promocionales. Al bajar del avión había setenta fotógrafos. «A lo mejor viene algún famoso», pensó, y miró para atrás en busca de esa estrella. «Sonríe, que están aquí por ti», le dijo su novia de entonces.

Colapso en el centro comercial

En España aún le aguardaba más gente. Fue en El Corte Inglés. El director le informó de que tenía que irse incluso antes de que se iniciase el acto. «Todos los pisos están llenos y el edificio no está diseñado para aguantar el peso de tanta gente». Así que se escapó por una salida secundaria, pero hubo quien lo pilló. Tuvo que huir saltando de coche en coche. Después la policía lo localizó. «Había 30 denuncias por 30 coches abollados». «El Corte Inglés se portó bien. Pagaremos los daños porque eres Sandokán», le dijeron.

Motos le preguntó por la famosa escena en la que él mata un tigre en el aire. Vista hoy, cantan los efectos especiales: «Saltamos el tigre y yo en momentos distintos», recordó Kabir Bedi, que visita España para promocionar su libro de memorias Historias que debo contar, que firmará en la Feria del Libro de Madrid mañana, pasado y el jueves, de 19 a 21 horas.

Con los cuatro de Liverpool

En ese volumen cuenta cómo se gestó su entrevista a The Beatles. Entonces él trabaja en la única radio pública de la India. Convenció a sus jefes de que le diesen un pase para poder acceder al hotel donde se alojaba la banda. Y tuvo el ingenio de buscar al mánager, no a los músicos. Cuando dio con él, le dijo que el Gobierno indio había dado orden de que se emitiese una entrevista con los Beatles y que si no se le concedía «no le iba a gustar». El intermediario contestó que la daría él. Pero cuando llegó la hora dijo encontrarse mal y lo llevó a una suite de aquel hotel. Abrió la puerta Paul McCartney. «Chicos, dadle una entrevista a este señor», les dijo el mánager. Y se la dieron: «No eran solo la banda más importante del mundo, representaban los años 60».

En estas memorias también habla de sus progenitores. Su padre era un filósofo indio que le enseñó los valores de la tolerancia, la amabilidad y la compasión. Su madre, inglesa, acabó siendo monja budista, lo que en principio le indignó («me dolió muchísimo, entendí que había abandonado a la familia»), pero acabó admitiendo cuando leyó una «preciosa» carta –que se reproduce en el libro– en la que explicaba los motivos de su decisión.