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Susanna Griso, durante su polémica actuación del pasado juevesAntena 3

La semana de la tele

Otro mal día en la oficina de Susanna Griso

La presentadora de Antena 3 vuelve a meterse en un charco, tan grande como aquel que pisó en el 8-M que precedió al confinamiento

Eran las 11.40 horas del pasado jueves cuando Susanna Griso se metió en un gran charco. La actualidad mañanera traía la que ha sido la noticia de la semana: un hombre acuchillaba a seis personas –cuatro niños y dos adultos– en un parque de Annecy, en los Alpes franceses. El suceso la pilló en plena tertulia y recordada por su inoportunidad.

La presentadora de Espejo Público contactó con el corresponsal en París de la cadena, Álvaro del Río, que se refirió al perturbado como «un sirio solicitante de asilo» que había atacado «al menos a ocho niños». Tras escuchar esos datos, Griso realizó un primer análisis sin duda precipitado: «Es un sujeto sin antecedentes, demandó asilo, entiendo que se le denegó y desde esa rabia ha actuado contra los niños, los seres más vulnerables». Después se supo que su situación en Europa era legal, y que no existía tal denegación. También que los niños atacados eran cuatro, y no ocho. «Esto no es rabia, esto tiene que ser una perturbación total», la corrigió uno de los tertulianos. «No ha hecho una huelga de hambre delante de una institución para que le hicieran caso», apuntó otra tertuliana con muy buen criterio.

Esa primera intervención apenas ha sido comentada, pese a ser muy desafortunada, y eso fue así porque fue su segunda reflexión la que eclipsó la anterior: «Esto en un país genera una conmoción… Y en un país como Francia son votos para Le Pen y para la ultraderecha. Es que esto es un regalo. Es tremendo porque en un país que ya está tocado por el terrorismo, que lleva tantísimos atentados en su piel, tantas cicatrices que han dejado sujetos como este que un momento dado desde la rabia actúan con esa falta de humanidad, con esa crueldad, no sé, pero entiendo que el estado de conmoción es tremendo ahora mismo…», dijo precipitadamente.

Sabido es que en las redes sociales no perdonan ni una. A Griso le cayó lo del pulpo por preocuparse por las consecuencias políticas del horrible suceso en vez de por los niños apuñalados.

No es la primera vez que Susana Griso ha tenido un mal día en la oficina, lo que por otra parte es de lo más normal dado que lleva unos cuantos años en la tele. Pero la polémica generada en redes en esta ocasión solo es comparable a la que la salpicó de lleno en 2020, cuando dio una pésima información a su millonaria audiencia pocos días antes de que el Gobierno decretase el estado de alarma sanitario y se iniciase el confinamiento.

«Este año el 8 de marzo cae en domingo, pero que ni el festivo ni el coronavirus sean una excusa para que dejemos de reivindicar nuestros derechos», animó a su audiencia el 3 de marzo.

Después pasó lo que pasó, y el 13 de marzo entonó un particular mea culpa. «Hace apenas una semana comunicábamos que el coronavirus era tan sólo una gripe« (...) hemos querido tranquilizar y a lo mejor nos hemos equivocado y la gente se ha relajado demasiado», dijo entonces.

En las redes sociales se pidió su despido fulminante, al igual que ha ocurrido en esta ocasión, más de tres años después.