Las cuatro cosas que nunca faltan en el bolso de Rosalía

Hace unos días actuó en México para 120.000 personas: «Es duro estar de gira, pero siempre el agradecimiento, pero cuando la gente viene y está ahí le da sentido». Contó que hay dos canciones que no suelen faltar en su repertorio (Con altura y Malamente), y que últimamente está haciendo su versión de Héroe, de Enrique Iglesias. «Cuando yo era pequeña, la escuchaba en casa de mi abuela, porque mi abuela tenía el cedé de Enrique. Mi hermana y yo la cantábamos y nos encantaba. Como hay un momento en que mi abuela está hablando en el show, me digo: ‘¿por qué no cantar esa canción?’. A mi hermana tambén le gusta mucho y yo se la dedico a ella». En tour, apenas hay tiempo para la fiesta: «Sí salgo, pero poco».

Ha superado dificultades vocales a lo largo de esta gira: «Dos veces que he tenido gripe. Y tienes que cantar. Gracias a Dios, una tira de la técnica». Esa técnica que aprendió de profesores pero también de artistas como Estrella Morente, «a la que escuchaba y cantaba». «Me encanta Estrella», remarcó, y el presentador la animó a que cantase alguna de esta artista. No lo hizo, pero dejó un futuro dueto en proyecto: «Volver siempre me encantó. Con la Estrella un día me gustaría cantarla», confesó.

¿Cuándo tienes descanso?, preguntó Pablo Motos. «No sé, ¡a ver si pronto!». ¿Qué hará entonces? «Leerme un libro que nunca me termino, que siempre estoy con el libro a medias. Escuchar mucha música. Mirar películas, que soy muy fan de mirar películas, de ponerme así en el sofá y mirar una peli…». Aprovechará también para cocinar. «Es mi pasatiempo favorito a día de hoy. Ahora estoy muy obsesionada con hacer tacos de gamba. No me quedan mal». Rauw Alejandro dice que «tienes manos de abuelita».

Puesta a hacer confesiones, también contó lo que nunca falta en su bolso: «Yo en el mío llevo aguacate y llevo jengibre para hacerme. Me pone muy feliz tener estas cosas, porque a veces tengo que comer en un avión o en una sala random que no hay nada. Y siempre llevo aceite de olivo, que no falte, es una cosa que es un básico de la vida. Y siempre llevo una cosa para curarle la alegría a Rauw, porque me da miedo, una inyección».

Pronto se casarán: «Parece que va a ver boda». Se lo pidió en Puerto Rico, en la casa de sus abuelos: «Se veía todo Puerto Rico. Y había fuegos artificiales, porque ya habíamos pasado al siguiente año. Estábamos en la terraza y de repente él como se medio arrodilla, y buscaba algo y no lo podía sacar. Me sacó el anillo y me pidió que me casara con él. Y yo ne puse a llorar».