El Intermedio
Pedro «Bizcochito» Sánchez, monologuista en La Sexta
En su visita al programa tras siete años de ausencia, el presidente del Gobierno deja largas reflexiones, una certeza (que volverá a pactar con quien haga falta) y una promesa (si gana las elecciones subirá a Wyoming al Falcon)
La entrevista se presentó, jocosamente, como «una cumbre de guapos» entre El Gran Wyoming y Pedro Sánchez, que entró al juego habitual del programa y coqueteó con el presentador.
Para que el habitual espectador de La Sexta entrase en calor, antes de que llegase Sánchez hubo un breve ensañamiento con Feijóo por sus declaraciones sobre «el divorcio duro» y los pactos del PP con Vox en Valencia.
El presidente del Gobierno fue recibido con aplausos y vítores. Hace siete años que no iba por el plató de El Intermedio. El Gran Wyoming le dejó caer si su presencia tenía que ver con que la cosa «está muy malita», en relación a las encuestas electorales.
No respondió y se abrió el turno de Sandra Sabatés, quien planteó si es una victoria para los rivales de Sánchez que se esté discutiendo si hay o no la violencia de género. «¿Que a estas alturas esté existiendo este debate no es ya una victoria para la extrema derecha?», fue, en concreto, la pregunta de la presentadora. La respuesta fue en la línea del argumentario socialista de los últimos días: «Más peligroso que Vox defendiendo esta agenda contrareformista es un PP que asume en primera persona los postulados de Vox», un partido, el de Abascal, que quiere llevar al país «cincuenta años atrás», según el presidente del Gobierno.
Qué significa derogar el sanchismo
«Derogar el sanchismo» es uno de los mantras de Feijóo. Sánchez replicó con un largo monólogo: «¿Qué significa derogar el sanchismo más allá de tratar de deshumanizar al presidente del Gobierno, en este caso a mí? El tratar de caricaturizarlo, diciendo que soy una persona sin escrúpulos, egoísta, que solamente pienso en aferrarme al poder a cualquier precio. Yo quiero entrar en ese debate de derogar lo que hemos hecho en estos cinco años, porque hemos hecho cosas muy importantes en circunstancias extremadamente difíciles». «Lo que quieren derogar no es el sanchismo, sino la España que es hoy», comentó avanzada la entrevista.
El Banco de España, que suele ser «bastante agorero, está hablando bastante bien de la situación», introdujo Wyoming, antes de preguntar si, como decía Aznar, «España va bien», solo que esta vez con Sánchez. «Nunca diré que España va bien, porque hay todavía muchísimos problemas. Hay mucha gente joven que no puede acceder a una vivienda, gente que no llega a fin de mes, gente que todavía está con dificultades para poder encontrar un puesto de trabajo, pero también hay que reconocer que en circunstancias tan difíciles como hemos vivido en estos cuatro años, con una pandemia, y ahora una guerra en Europa, estamos creciendo más que la media europea y desde que tengo el honor de ser presidente del Gobierno hemos creado 1,4 millones de puestos de trabajo más que los que había en el 2018…», fue enumerando sin que los presentadores le matizasen dato alguno. «Miran a España con cierta admiración», dijo sobre los líderes europeos.
A vueltas con el feminismo
¿Y la microeconomía, qué?: «Sí, los precios han subido como consecuencia de la guerra de Putin en Ucrania», achacó, y también culpó a la sequía de los precios de los alimentos. Para mitigar los efectos en España se están haciendo «políticas públicas».
Sabatés planteó tres preguntas sobre las declaraciones de Sánchez sobre la incomodidad de ciertos hombres con ciertas políticas feministas de Irene Montero. La presentadora llegó a plantear si pensaba que las mujeres tienen que reivindicar sus derechos sin molestar a los hombres. «Yo me refería a distintos estudios demoscópicos que lo que demuestran es que hay hombres, y también mujeres, que se sienten incómodos con algunos discursos feministas. Y abogué por un femenismo integrador, de mayorías», replicó.
¿Pactará con Bildu?
Wyoming planteó a continuación la pregunta del millón, la que se están haciendo millones de españoles: «¿Volverá a pactar con Bildu si lo necesita para la investidura?». Comenzó entonces otra respuesta kilométrica. Y es que más que una entrevista el resultado real fue más bien un monólogo aliñado con algunas preguntas y en el que en ningún momento se interrumpió a un presidente encantado de conocerse. Fue un mitin en prime time. De un programa en el que Sánchez es apodado «bizcochito» tampoco se podía esperar que lo pusiesen en apuros.
Sigamos con la (no) contestación del entrevistado a la pregunta sobre Bildu: «Pero fíjate, Wyoming… ¿Qué significa gobernar con un partido político? Pues es por ejemplo lo que yo hago con Unidas Podemos y espero en un futuro hacerlo con Sumar. Es un gobierno de coalición donde hay ministros y ministras de un partido político y de otro. Eso no lo tengo con Bildu. Lo que tengo con Bildu, igual que con otras fuerzas parlamentarias, es la concurrencia, la coincidencia en la aprobación de determinadas leyes». Y recordó las leyes que se han aprobado fruto de esos acuerdos con esos otros partidos antes de, al fin, contestar a la cuestión planteada: «Cuando tú me preguntas sobre con qué fuerzas parlamentarias voy a a aprobar esta u otra ley que signifiquen conquistas sociales, yo te digo: con cualquier formación política con la que yo pueda entenderme para subir el salario mínimo, para seguir aprobando leyes en favor de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres o para todas las conquistas sociales que hemos aprobado en esta legislatura, yo lo haré. Porque en realidad lo importante no es con quién se hace sino para qué se hace». Se le toleraron más larguísimas reflexiones, concluidas con frases como «España no se merece un Gobierno de Feijóo con Abascal».
Una promesa para acabar
El Gran Wyoming le recordó aquel gravísimo incidente en la valla de Melilla que dijo que había estado «bien resuelto» («lo dije antes de ver las imágenes», precisó), pero nada de su cambio de postura sobre el Sahara y sus otras concesiones a Marruecos. Igual que nada se dijo de los ERE cuando Sánchez hizo esta precisión: «Los Falcon fueron comprados por un presidente de Gobierno de derechas, José María Aznar. Prefiero que me critiquen por eso que por la Gürtel o por la Kitchen».
Como punto final, la (presunta) entrevista acabó con un punto más distendido. El presentador planteó al presidente irse a La isla de las tentaciones o la de Supervivientes –habló genéricamente de islas televisivas «donde encierran a la gente»– en caso de derrota. «¿Y por qué no? Y si las gano, te invito a dar una vuelta en el Falcon», replicó el candidato socialista. Después apareció una imitadora de Yolanda Díaz: «Yolanda, yo contigo al fin del mundo», le dijo Sánchez.
Visto lo visto, no habría sido descabellado que el presidente del Gobierno hubiese sido presentado así. «Hoy ha venido a divertirse a El Intermedio Pedro Sánchez». Precisamente el próximo martes la gira televisiva del presidente en busca del voto perdido recalará en El Hormiguero, un programa también de Atresmedia aunque mucho más crítico con Sánchez (en su ausencia, habrá que ver en su presencia).