La carrera espacial de los años sesenta, con su aroma visual Kubrick. El technicolor de la familia americana saturado por el melodrama de Douglas Sirk. ¿El giro Brooker? La posibilidad de que los astronautas en órbita disfruten de una réplica sintética en casa, donde poder descansar mentalmente junto a su familia. Eso y el Helter Skelter de Charles Manson, claro. Este es el episodio más ambicioso, tanto en la producción, como en el elenco (Aaron Paul, Kate Mara, Josh Hartnett). No obstante, el ser largo como una película le resta pegada, sobre todo sabiendo que es uno de los episodios más lúgubres y desoladores que Black Mirror ha emitido. Esa silla, esa mirada y la soledad eterna.