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Un plano del documental 'Drenar el Titanic'National Geographic

‘Drenar el Titanic’

¿Habrá restos del 'Titanic' dentro de mil años?

Un documental de National Geographic analiza las bacterias que están devorando el casco del trasatlántico

Hundido en 1912, los restos del Titanic son una atracción que ha generado decenas de expediciones desde que Ballard dio con ellos en 1985, entre ellas la trágica que acabó con las cinco personas que viajaban en el Titan. Pero, ¿hasta cuándo se podrán hacer estas expediciones?, ¿hasta cuándo habrá algo que ver?, ¿habrá restos del lujoso trasatlántico dentro de 1.000 años? El documental Drenar el Titanic (National Geographic) dedica gran parte de su metraje a analizar cómo se partió el barco, sin llegar a una conclusión clara. Pero en el tramo final se realiza una hipótesis sobre el futuro de los restos, sustentada en la investigación presente.

El mar ha ido engullendo y oxidando el casco. Eso es una evidencia. Y de ahí que los especialistas se pregunten el motivo de ese deterioro, demasiado rápido para algunos especialistas. «A estas profundidades hay muy poco oxígeno en el agua, por lo que el metal debería oxidarse muy despacio. En las grabaciones se puede observar que al barco le han ido saliendo unas extrañas formaciones que parecen ser fragmentos oxidados. Tienen formas de estalactitas o carámbanos», se explica en el documental de National Geographic.

¿Por qué se está deteriorando tan rápido? La microbióloga Lori Johnston habla de esas estalactitas: «Me quedé sorprendida de sus tamaños, de sus colores. Parecen ser de color naranja o marrón, pero al acercarte también ves que los hay de color verde, violeta, azul, amarillo… De todos los colores del arco iris». De su análisis en el laboratorio se concluyó lo siguiente: «La estructura exterior de esta cáscara de aspecto duro es extremadamente frágil. Están llenas de millones de conductos, túneles y un montón de cavidades, y en ellas hay almacenados todo tipo de nutrientes».

Esos carámbanos están formados por organismos vivos: «Encontramos cinco comunidades distintas de bacterias viviendo en el interior de cada carámbano, y luego hay otra comunidad viviendo en el exterior. Lo que convierte a esas bacterias en una bestia bastante compleja», detalla Roy Cullimore, otro de los microbiólogos que participa en el documental.

Algunas de esas bacterias son anaeróbicas, es decir, son formas de vida que no necesitan oxígeno para sobrevivir: «En su lugar, para conseguir energía extraen hierro y minerales de los restos del barco. Como un banco de pirañas microscópicas, billones de individuos están devorando el pecio», afirma la voz en off.

¿Cuánto le queda?

¿Le queda mucho tiempo al Titanic? ¿Cuándo perderá la batalla frente a ese «banco de pirañas microscópicas». ¿Cuál es el marco temporal para su destrucción definitiva?

El francés Paul-Henry Nargeolet, al que en Drenar el Titanic se presenta como director de investigación submarina del RMS Titanic, pronostica que las cubiertas acabarán formando un único cuerpo: «La distancia entre la cubierta A y la cubierta B era de tres metros. Ahora es de uno o dos metros. Y, paso a paso, el deterioro irá reduciendo esa distancia. Pronto todas las cubiertas se sobrepondrán una sobre otra y todo el interior se perderá para siempre».

La microbióloga Lori Johnston explica que veríamos si volviéramos dentro de quinientos años: «El Titanic tendría el mismo aspecto en la sección de proa que tiene ahora en cuanto a la sección del casco. Aún parecería un barco bastante bien formado. Sin embargo, una gran parte del paseo y de la cubierta superior se habría desmoronado»

Proa del 'Titanic', en la actualidad, llena de carámbanosNational Geographic

¿Y si volviéramos a visitarlo en mil años? «Creo que el Titanic no tendría el magnífico tamaño que tiene hoy en día. Si visitáramos la sección de popa se vería que el deterioro se habría incrementado sencillamente por el daño sufrido por esa sección durante el hundimiento. Las bacterias se habrían comido las vigas y las habrían convertido en carámbanos, deteriorándolas hasta convertirlas en una pila de hierro en el fondo del lecho marino».

Kennet Vrana, codirector del Titanic Mapping Project, lanza una pregunta al aire: «¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos quietos y permitimos que la sección de proa colapse sobre sí misma? ¿O en el futuro diseñamos algún proyecto para recuperar algunos artefactos de dicha sección?». La respuesta es controvertida, pues los descendientes de muchos de los fallecidos entienden que ese lecho marino es un cementerio y habría que dejar aquello como está, y permitir que la naturaleza siga su curso.