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Fotograma Elemental

Crítica de cine

'Elemental': una emotiva cinta romántica en clave social

La nueva película de Pixar nos presenta el romance entre Nilo y Candela que evoca a Romeo y Julieta con su particular idilio imposible

El director de animación y guionista Peter Sohn nos lleva con su última película a Ciudad Elemento, un lugar que se ha constituido con la llegada de diversas oleadas de inmigrantes. Inmigrantes que pertenecen a cuatro tipos de seres, los cuatro elementos: personajes de agua, de fuego, de aire y de tierra. Como es lógico los seres de agua no quieren saber nada de los de fuego, y viceversa. Son incompatibles. Hasta que la gota de agua Nilo y la llama Candela se enamoran, como Romeo y Julieta desafiando a los Montesco y a los Capuleto. Nilo es inspector de locales, y su trabajo es ver si estos cumplen la normativa. Un día acaba en la tienda del padre de Candela, que vende artículos relacionados con el fuego, y comprueba que el establecimiento incumple diversos requisitos. Así que Candela y Nilo parecen llamados a estar enfrentados. Pero con el tiempo surgirá la chispa del amor.

Pixar vuelve a demostrar su ingenio creativo con una historia que, bajo su apariencia imaginativa y fantástica, nos habla de cuestiones muy actuales como la inmigración, los prejuicios raciales y las relaciones familiares, especialmente las paternofiliales. Pero Peter Sohn fundamentalmente pone el foco en dos temas muy del gusto de Pixar: la superación de las diferencias y la forma de vivir el legado paterno. El primer asunto se trató por ejemplo en Monstruos S.A. o en Luca y es un alegato contra los prejuicios que hacen ver al diferente como un enemigo. El segundo asunto plantea el dilema de si continuar o no el legado paterno, como vimos en Brave o en Coco.

En Elemental, Candela se siente moralmente obligada a continuar la empresa de su padre, que está a punto de jubilarse, una empresa a la que él ha entregado toda su vida desde que emigró dolorosamente. Y su gran ilusión es ver a su hija al frente de la misma. Pero ella no quiere, tiene otros sueños, aunque no es capaz de decírselo a nadie. En este caso, la película lanza un mensaje a los padres, en la línea de superar la imagen futura que tienen de sus hijos y dejarles libertad para que hagan su propio camino. A menudo es el miedo del progenitor el que frena esa libertad, como vimos en Buscando a Nemo. En ese sentido, Elemental recuerda en alguna escena a la famosa cinta de Kramer Adivina quien viene esta noche.

Antes de comentar los aspectos técnicos, hay que hacer notar que, como es obligado, la película contiene su guiño de normalización de la ideología de género, aunque se limita a una sola frase. La animación es magistral, con un despliegue de detalles de creatividad espectacular, y como siempre, afronta nuevos retos técnicos que superan con éxito. El guion es mucho más asequible que los de Inside&Out o Soul, algo que agradecerán los más pequeños. En definitiva, una película entretenida, entrañable y positiva. La crítica la ha recibido con cierta frialdad, acusándola de previsible. Pero ¿qué comedia romántica no lo es?