'Invasión Secreta': se fue el misterio, los tintes a Expediente X y quedó la mediocridad

A esta serie le define un término, Challenger, el proyecto aeroespacial de la NASA, nunca mejor dicho por aquello de la raza alienígena de los Skrull, que durante meses vendieron como el gran paso espacial para el hombre y que finalmente explotó por los aires causando una gran conmoción a toda la humanidad. En Secret Invasion ocurre lo mismo, era 'la elegida' con ese tono serio, policíaco, con tintes a los Expediente X… pero esta esencia solo duró los dos primeros capítulos y el proyecto sucumbió lamentablemente a la mediocridad.

Si alguien sabe cómo hacer series que se lo diga cuanto antes a la Casa de las Ideas porque tienen menos acierto que la puntería de los Stormtropper de Star Wars, ¿casualidad que ambos sean productos de Disney? Que cada uno saque el crítico que lleva dentro.

Nick Fury vuelve a la Tierra para remediar un problema que se resuelve de forma atropellada a lo largo de los seis capítulos. Los achaques que tiene el protagonista se contagian en el guion que no da las pausas correctas y que además deja el desarrollo de personajes para otro momento…

Samuel L. Jackson (Nick Fury) y Olivia Colman (Sonya Falsworth) intentan sacar a flote la serie con ese toque siniestro de agentes secretos, pero tras no aprovechar el 'quien es quien' de los metamorfos (Skrulls), el desenlace no preveía grandes gestas cinematográficas.

Además, el villano de la serie, Gravik (Kingsley Ben-Adir), y G’iah (Emilia Clarke) tienen un desarrollo pobre de sus personajes. En el caso del antagonista, pega un giro inesperado y sin sentido en los dos últimos episodios, síntomas del atropello argumental.

En el caso de G’iah sucede lo mismo, pero con un agravante, su participación en cámara es insignificante para el desarrollo final de un personaje que no se atisba cuando se le volverá a ver. Marvel Studios sigue abriendo varios hilos argumentales que no se sabe cuando volverán.

¿Se salva algo de la serie?

Pese al desastre final de temporada, hay determinados puntos que se libran gracias a la marca Marvel. Los dos primeros capítulos apuntaban maneras, el toque misterioso sobre 'quién es quién' y esos tintes a lo 'X Files' dejaban entrever una trama completamente distinta.

Otro valor añadido que tiene la serie es el 'amor'. Este sentimiento prevalece por encima de las apariencias, el aspecto... y muestra una cercanía tanto familiar, entre padre e hija como carnal, entre hombre y mujer.

En cuanto a una segunda temporada, todavía no se ha confirmado nada por parte de la Casa de las Ideas, pero las noticias sí que han dado a conocer que los Estados Unidos tienen en posesión naves extraterrestres y restos de sus ocupantes (no humanos).

Una segunda temporada tal vez no tengamos, pero quién sabe si alguno de estos seres está entre nosotros. La Invasión Secreta está más cerca que nunca. Si en los próximos días avistan algún OVNI no se alarmen, el universo es muy grande.