Fundado en 1910

Meryl Streep y Clint Eastwood, en Los puentes de Madison

Historias de película

Meryl Streep solo había visto una película de Clint Eastwood cuando rodó con él 'Los puentes de Madison'

Ella tenía 45 años y él, 64, y los dos eran grandes estrellas desde mucho antes, pero apenas se conocían cuando se disponían a rodar su historia como Francesca y Robert

Winterset es un municipio rural del condado de Madison, en Iowa (Estados Unidos), que no supera por mucho los 5.000 habitantes. Allí, en 1907, vino al mundo John Wayne, así que el lugar es digno, automáticamente, de reverencia. Y también allí se rodó Los puentes de Madison, la película donde otro de los grandes tipos duros de la historia de Hollywood, Clint Eastwood, nos demostró que también sabía ponerse, más que blandito, sensible. Delante y detrás de una cámara que aquí manejaba con el grado de maestría que ya había apuntado en películas como El jinete pálido o Bird, y alcanzado con Sin perdón, pero con un baño de sensibilidad como el que se dan los protagonistas de Los puentes de Madison en la bañera de Francesca (Meryl Streep).

Los puentes de Madison se rodó en el otoño de 1994. En menos tiempo del previsto, una constante en la filmografía de Clint Eastwood como director. Los 52 días de rodaje planificados inicialmente se quedaron finalmente en 36. No necesitó más Clint Eastwood para dibujar en imágenes la historia de amor furtivo –y traicionero, que a nadie se le olvide, porque ella está casada– entre Francesca, ama de casa, y Robert, fotógrafo, que el escritor Robert James Waller terminó en tiempo récord: 11 días.

En aquel otoño de 1994, Meryl Streep tenía 45 años; Clint Eastwood, 64. A pesar de sus ya entonces dilatadas y meritorias trayectorias, de los premios y nominaciones a los Oscar de cada uno, apenas se conocían. Extraño, sí, pero no tanto cómo el número de películas de Clint Eastwood que había visto Meryl Streep cuando se disponía a comenzar el rodaje de Los puentes de Madison: tantas como una. Y, para colmo de la rareza, esa una no era precisamente una de las más conocidas de Eastwood. Se trataba de Escalofrío en la noche (1971), su primer largometraje como director.

Meryl Streep y Clint Eastwood, con ideas opuestas en lo político –demócrata ella, republicano él–, tendrían así que conocerse poco a poco a medida que transcurrían los ensayos y las jornadas de rodaje. Exactamente igual que sus personajes. Por eso, en una decisión tan poco común como acertada, Los puentes de Madison se rodó en orden cronológico. Francesca y Robert se irían descubriendo así el uno al otro al mismo ritmo que Meryl Streep y Clint Eastwood.

Mientras rodaban la escena en la que aparecen bailando lentamente, abrazados, en casa de Francesca, Meryl Streep, con los ojos cerrados, percibió a su lado un movimiento inesperado. Los dos actores se mantenían en plano abrazados, pero Clint Eastwood movía una de sus manos fuera del encuadre. Estaba indicando cómo quería que la cámara se acercase hasta ella.

El más icónico de los puentes de Madison, el Cedar Bridge, quedó destruido varios años después de la película, en 2003. Y al año siguiente, un incendio, provocado, destruiría la granja de Iowa donde se rodó buena parte de Los puentes de Madison. El fuego acabó con la casa de Francesca igual que la lluvia, en el semáforo más largo de la historia del cine, terminó con la llama de su amor prohibido.