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Los mejores momentos de Mathew Perry como Chandler Bing en ´Friends´
Se convirtió en un emblema de la serie haciendo del sarcasmo una de sus grandes señas de identidad
El universo Friends se levanta hoy un poco más triste tras conocer la muerte de uno de sus grandes. Matthew Perry, el inolvidable Chandler Bing, fue encontrado el sábado sin vida en su jacuzzi y las primeras causas del fallecimiento apuntan a un ahogamiento tras un paro cardiaco. Según han filtrado medios como TMZ y Page Six, Perry practicó deporte por la mañana, regresó a su casa en la playa de Malibú y envió a su asistente a hacer un recado. Fue ella quien encontró horas más tarde el cuerpo sin vida.
Convertirse en 1994 en el apuesto y bromista compañero de piso de Joey Tribbiani, el interés amoroso de Monica Geller y en uno de los mejores amigos de Phoebe, Rachel y Ross le abrió las puertas del estrellato mundial, ganándose un hueco especial entre los fans de la sitcom. Y todo gracias a ese humor locuaz, su ironía ácida y a no dejar de utilizar el sarcasmo como mecanismo de defensa. «Soy Chandler. Hago chistes cuando estoy incómodo».
El del apagón
En el mejor momento de la temporada 1, Chandler se queda atrapado en un cajero automático con la modelo de Victoria's Secret Jill Goodacre durante un apagón. El resto es historia. Se obsesiona con ella y se pasa todo el capítulo hablando consigo mismo en voz en off. Cuando consigue llamar por teléfono a Joey para contarle la situación, éste deja una de las mejores líneas del guion: «Si Jill Goodacre te ofrece chicle, lo aceptas. Si te ofrece cadáveres de animales destrozados, lo aceptas».
El de su huida a Yemen
Entendemos que escuchar a Janice pronunciar su mítico ´¡Oh, Dios mío!´ –lo acabas de leer con su voz seguro– era un auténtico infierno. Así que podemos llegar a comprender que quisiera dejarla. En aquel momento no tenía motivos contundentes para hacerlo, por lo que optó por mentir: se inventó que por temas de trabajo debía marcharse a Yemen.
Lo que no esperaba nadie es que terminase comprando un billete y subiéndose al avión rumbo a Oriente Medio. «Cuando lleguemos a Yemen, ¿puedo quedarme con usted?», le dijo a una desconocida.
En el que desconocen su trabajo
Una de las mayores incógnitas de las diez temporadas fue saber de qué trabajaba Chandler. Aunque en varias ocasiones hacía referencia a su jornada laboral, ninguno de sus amigos conocía su profesión. En uno de los capítulos de la cuarta temporada, Rachel y Mónica pierden su apartamento por no saber la respuesta. Y no, no era «transpondedor», sino analista de datos, aunque después cambió de rumbo y se dedicó a la redacción publicitaria.
El del sofá de Ross
En la quinta temporada, Ross se compraba un sofá para su nuevo apartamento. Sin embargo, para evitar gastarse más dinero, decidía llevarlo a su casa por su propia cuenta, pidiendo ayuda a Rachel y Chandler para así subirlo por la escalera del edificio. A pesar de los constantes «¡Giradlo!» –Pivot!– de Ross, el sofá acabaría atascado en mitad de la escalera y finalmente devuelto a la tienda.
Descontrolado por los nervios, Chandler no puede evitar gritarle «Shut up! Shut up! Shut up!», algo que, si habéis visto la serie, seguro que habréis querido decirle al paleontólogo en más de una ocasión.
En el que Mónica se adelanta
Uno de los momentos más esperados por los fans fue el compromiso de Mónica y Chandler. De amigos, a amigos con derechos y, después, a novios... lo mínimo que podían darle los guionistas a la pareja por excelencia de la serie –con permiso de Rachel y Ross– era un final feliz.
En este episodio todos hacen creer a Chandler que Mónica se ha ido a casa de sus padres después de haber arruinado por completo su relación. Minutos más tarde, en cambio, presenciamos uno de los momentos más emotivos de la sitcom. Mónica se arrodilla en su mítico apartamento decorado con velas y le pide que se case con ella. Chandler decide arrodillarse junto a ella y dejar para la historia una de las mejores –y más graciosas– declaraciones de amor.
El de los besos
Mónica y Chandler no siempre lo tuvieron tan fácil. Hubo un momento en el que ni siquiera se sentían listos para contar a sus amigos que lo suyo era más que la noche de pasión que tuvieron en la boda de Ross y Emily.
Durante meses decidieron mantener oculta su relación, hasta que los astros se alinearon para ponérselo incluso más difícil. Descuidadamente, Chandler le da a Mónica un beso de despedida delante del resto. Para disimular, tiene que besar a todas las chicas.
El de sus bailes
Es prácticamente imposible pensar en Chandler Bing sin su sarcasmo... ni sus bailes. Un auténtico deleite cómico en el que el actor se dejaba poseer por una serie de movimientos tan descoordinados como desternillantes.
El final de la serie
Fue Chandler el encargado de decir la última frase de la serie. Se emitió en mayo de 2004, diez años después de su estreno, dejando a miles de fans huérfanos de la que The Hollywood Reporter consideró la mejor serie de la historia. Nada que añadir ante Chandler diciéndoles que todo estará bien mientras lloran y se abrazan ante la despedida.