El largo y cálido rodaje de Doctor Zhivago en España: así se recreó el invierno ruso en pleno verano de Madrid

El Día de los Santos Inocentes de 1964 comenzó el azaroso rodaje de una de las grandes películas de la historia: Doctor Zhivago. Su director, David Lean, venía de filmar (y firmar) dos largometrajes que habían arrasado en los Oscar con siete estatuillas cada uno, incluidas las de mejor película: El puente sobre el río Kwai y Lawrence de Arabia. Doctor Zhivago ganaría cinco de los 10 Oscar a los que optó, pero entre ellos no figuraba el de mejor película, que se llevaría Sonrisas y lágrimas. A la Academia de Hollywood debió de parecerle excesivo un tercer Oscar consecutivo para David Lean (también ganó dos a la mejor dirección por los títulos antes citados) y otra de sus películas.

Boris Pasternak había publicado Doctor Zhivago en 1957. Era su primera novela y también sería la única. Un año después sería galardonado con el Premio Nobel de Literatura, que el régimen soviético le obligaría a rechazar. Pasternak murió en 1960, sin poder disfrutar de la maravillosa adaptación de su obra al cine. Doctor Zhivago, que no se proyectaría en Rusia hasta 1994, no podía rodarse en los lugares que él había imaginado.

La novela había sido prohibida en la URSS y la preocupación –la primera y quizá más importante de todas las que vendrían después– de los productores de la película, de su director y de sus diseñadores de producción era saber dónde y cómo recrearían aquella Rusia del primer cuarto del siglo XX. Necesitaban frío, nieve, multitudes y locomotoras. Pensaron en Yugoslavia. Después en Finlandia. Y en Suecia. No les convenció ninguna de las tres. Desalentado, David Lean preguntó a su diseñador de producción, John Box, dónde iban a rodar. «Le miré a los ojos y le dije: ‘en España’», contestó él, que contó con el gran Gil Parrondo, ganador de dos Oscar por la dirección de arte de Patton y Nicolás y Alejandra –esta última también junto a John Box– para el diseño de los decorados.

La España de 1965 tenía casi todo lo que necesitaban, desde locomotoras hasta técnicos cualificados. Y lo que no tenía, se construiría. En el madrileño barrio de Canillas, después de 18 meses de construcción y gracias al trabajo de 800 personas, se levantó el Moscú de Doctor Zhivago. Con el tranvía en teoría ruso que llegaba hasta la ubicación del actual Palacio de Hielo (el de Madrid, no el de la película) en la calle de Silvano. Los entusiastas vecinos madrileños cobraban entre 500 y 2.000 pesetas por hacer de extras, como en la escena en que la, de noche, entonaban La Internacional.

Cuenta Geraldine Chaplin que todos ellos se sabían la letra. Al menos hasta que en el lugar, ya de madrugada, se presentó la Policía para ver qué ocurría. Un ayudante del director salió a su encuentro para explicarles que estaban rodando una película sobre Rusia. Los policías se quedaron en el lugar, no tanto para presenciar el rodaje como para ver quién se sabía la letra. Y ahí La Internacional, que al sonar en medio de la noche de Madrid había llevado a pensar al barrio que Franco había muerto, ya no se escuchaba con tanta fuerza y sí con cierto miedo. Tanto que la mayoría de los extras, muchos de ellos exmilitares republicanos, comenzaron a fingir que no conocían la letra. Dicen que la policía les hizo cambiar La Internacional por un pasodoble.

El rodaje de Doctor Zhivago se trasladaría después a Soria. Allí esperaba el mítico decorado del palacio de hielo encantado que luciría, con más brillo que cualquier otro, la película. A diferencia de lo ocurrido en Madrid, la estación del año (ya invierno) y el lugar (Soria) no debían esta vez representar un problema para recrear el frío. Pero lo fue. Porque resulta que aquel invierno en Soria fue el más cálido en 50 años. Otro problema en el rodaje y también otra solución: a falta de nieve –como también ocurrió en las escenas rodadas en localizaciones de provincias como Segovia, Salamanca y Guadalajara–, ingenio. En esta ocasión, en forma de sal, sábanas y cera de velas blancas.

En octubre de 1965, 10 meses después de su inicio el 28 de diciembre del año anterior, Doctor Zhivago completó su rodaje. Los famosos estudios de la CEA (Cinematografía Española Americana) en Madrid, que sirvieron de plató para el rodaje en interiores de la película, cerrarían un año después. La historia, la de Yuri (Omar Sharif), Lara (Julie Christie) y Tonya (Geraldine Chaplin) que imaginó Boris Pasternak, y también, en parte, del cine, quedaba escrita para siempre con el orgullo de saber que fue España quien la abrigó.