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Entrevista

Cosimo Fusco, de Friends a 30 Monedas pasando por Ridley Scott y Tom Hanks: «Mi carrera es un regalo de Dios»

El Debate conversa con el actor que interpretó a Paolo en Friends y que en estos últimos años ha trabajado en España con Álex de la Iglesia. «He aprendido español con los guiones de 30 Monedas», nos cuenta

En el caso de Cosimo Fusco, a las vueltas que ya de por sí da la vida, hay que sumar las que muchas que ha seguido su trayectoria como actor. En realidad, desde antes, cuando todavía era deportista profesional y aún no podía imaginar que participaría en una de las series más famosas de la historia: Friends. Cosimo Fusco –que atiende a El Debate antes de que se produjera la muerte de Matthew Perry, su compañero en la serie– interpretó a Paolo, el novio italiano de Rachel (Jennifer Aniston), cuando todos queríamos que ella se uniese a Ross (David Schwimmer). Aquel joven italiano, que 30 años después conserva su imponente planta, ha trabajado con Ridley Scott; con Ron Howard en Ángeles y demonios, junto a Tom Hanks; en una serie como Roma y ahora en España en 30 Monedas. «He aprendido español con los guiones de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría», nos cuenta.

–Cuando mira hacia atrás y analiza toda su carrera, ¿qué ve?

–La veo como un regalo de Dios. Es como una locura porque mi vida ha tenido muchos cambios radicales. Fui deportista profesional. Jugaba en un equipo de waterpolo hasta los 22 años. Acabé de jugar y empecé a hacer teatro con amigos en el sur de Italia. Me decían que era muy bueno. Tocaba la guitarra y cantaba bien, pero nunca pensé que podía hacer de la actuación una historia de vida. Soy muy duro de cabeza, muy tenaz. Me mudé a Milán, después a Los Ángeles... Como artista, me siento un poco un huérfano adoptado por diferentes países. Estados Unidos se convirtió en mi segunda casa, he pasado la mitad de mi vida allí. En Los Ángeles tenía 24 años, era otra vida. No había móviles, viajar era mucho más difícil. Me mudé a París y empecé a trabajar como actor. Al principio en publicidad y después en una serie en Francia rodada en inglés. De hecho, fue un problema para mí empezar a trabajar en italiano. He seguido siempre a mi corazón y mis pensamientos, nunca he seguido las reglas. Después de Francia volví a Estados Unidos por otros 10 años y luego me mudé a Roma.

–¿Cómo recibió la propuesta para trabajar en 30 Monedas?

–Un día me llama mi representante y me dice: 'Cosimo, tengo dos guiones que me han enviado desde España. Tú hablas español, ¿verdad?'. Dije: 'no hablo español'. Nos enviaron los guiones de 30 Monedas en inglés y, cuando llegué a la página 30, pensé que en Europa no podía pasar algo así. Había visto dos películas de Álex de la Iglesia sin saber que eran de él. Nunca fui a una escuela para aprender español. Lo aprendí con los guiones de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría. Álex es un tío que lo que hace, lo hace en grande. Para mí ha sido increíble.

La primera vez que actué en español fue a las tres de la madrugada en la plaza de Pedraza (Segovia), en una taberna frente a 30 o 40 actores maravillosos y figurantes. Era la primera vez que hablaba español con Álex de la Iglesia, así que pensé que el tío es un mago. Un mago o un loco, porque alguien que te da esa confianza no es normal. Sea lo que sea, lo quiero muchísimo y se ha convertido en más que un director. Para mí es familia. Y todo lo que hacemos, también Veneciafrenia, lo hago con el corazón.

–¿Qué tiene de singular la segunda temporada de 30 Monedas?

–Es muy diferente. Creo que Alex y Jorge han hecho un trabajo más fino, cada capítulo es más estructurado y el ritmo te deja pendiente del siguiente. La llegada de nuevos personajes con actores como Paul Giamatti, que es un gran actor con el que he tenido la suerte de trabajar, y Najwa Nimri, que es una gran actriz y son fan de ella, ha ayudado mucho a la serie, igual que todo el grupo, con Macarena (Gómez), que hace un papel increíble; Miguel Ángel (Silvestre), Eduard (Fernández)...

–Hábleme de Macarena Gómez, con quien también hemos tenido la suerte de hablar recientemente en El Debate...

–Macarena es muy generosa. Fue mi madrina porque en esa primera vez que actué en español en Pedraza, a las tres de la madrugada con frío, tenía un diálogo largo en una taberna frente a actores conocidos y con Álex de la Iglesia que no me había visto actuar en español. Así que estaba muy nervioso. Macarena estaba sentada enfrente y me decía:' Cosimo, mira, repite lo que tiene esta escena', con esa voz que me encanta. Y lo hice y funcionó muy bien. La noche allí fue un éxito absoluto. Y las escenas con ella han sido amables porque es una gran actriz y una gran persona. Las mujeres de la serie son maravillosas: Macarena (Gómez), Megan (Montaner), Najwa (Nimri)...

–¿Qué le dijo Álex de la Iglesia en su primer encuentro? ¿Por qué quería contar con usted?

–No creo que me eligiese por hacer de Paolo en Friends, no sé. Me dijo que me había visto en Roma y en Ángeles y demonios y que estaba buscando a alguien con mi cara. Buscaba un italiano, aunque yo no hablaba español. Pero pensó que lo podía hacer porque los dos idiomas son muy cercanos.

–Hablaba de la época en que no había móviles y cómo ha cambiado todo desde entonces. ¿La inteligencia artificial es lo que más miedo puede dar a un actor?

–Me da miedo, horror, me da todo. No solo los actores y la inteligencia artificial que escribe. Estamos luchando ahora en Hollywood por poner límites a todo esto.

–Ha interpretado unos cuantos papeles de villano, pero el primer malo que vimos, en otro sentido, fue su personaje de Paolo en Friends, el novio de Rachel (Jennifer Aniston) para tristeza de Ross (David Schwimmer). ¿Qué recuerda de su primer día de trabajo con los protagonistas en Friends?

–Cuando participé, en el cuarto o quinto episodio de Friends, la serie aún no era conocida ni tenía el éxito que alcanzaría después. Entonces solo Courteney Cox (Monica Geller) era famosa. Yo nunca había hecho comedia. Me llamaron en el último momento. Mi representante me dijo que fuera de inmediato a Warner. Entré en la habitación donde estaban los creadores y productores y me pidieron hacer una improvisación en italiano. Cuando iba de vuelta en coche, me llamaron para decirme que me habían elegido para el papel. En Hollywood hay una competitividad increíble. Es una jungla. Una jungla que me gusta. Me gusta luchar en la jungla, que es lo que me falta aquí en Europa.

Hice el ensayo con Jennifer Aniston en el episodio del apagón –uno de los mejores de Matthew Perry con su personaje de Chandler encerrado en el cajero automático con una modelo–. Era muy raro porque en el ensayo solo estábamos los actores y los técnicos, pero al rodarla había público. Para mí era una fórmula nueva, pero me gustaba mucho. Yo soy muy de comedia, inventé todos mis diálogos porque podía hacerlo. El grupo era increíble. Con los años he aprendido por qué las estrellas son estrellas: porque tienen una calidad humana y por su inteligencia. Y el grupo era así.

Cosimo FuscoEvelio Jiménez

–Uno, al ver Friends ahora, tiene la agradable sensación de verla como si no hubiese pasado el tiempo en estos casi 30 años. ¿Le ocurre algo parecido?

–Sí, la fórmula ganadora de la serie es que es capaz de hablar a diferentes generaciones. Mi hija de 16 años, cuando era pequeña y tenía ocho, ya la conocía. Y también mi otra hija, que tiene 33. Creo que la fuerza de esta serie es esa, que habla a todos los niveles.

–Iba a trabajar con Ridley Scott en una serie, pero el proyecto se canceló. ¿Qué ocurrió?

–Mala suerte. Hubo una falta de acuerdo. Vi en secreto el primer episodio de la serie y era increíble, Ridley Scott estaba en lo más alto de su imaginación. Había escenas visualmente increíbles.

–Una guionista que trabajó en Friends asegura en sus memorias que los protagonistas de la serie saboteaban los chistes que no les gustaban en las lecturas de guion. ¿Le cuadra que fuera así?

–Lo he leído. No puedo decirlo en persona porque pasó años después y no conozco exactamente los hechos, pero es muy delicado cuando hablamos de una serie tan estable. Puede que sea una escritora muy buena pero la fórmula de la sitcom (comedia de situación) es muy especial, tiene reglas muy estabilizadas. Siento que haya tenido esa experiencia, pero entiendo que ya había una máquina perfecta.

–¿Qué dicen sus hijas cuando le ven en la pantalla?

–Una de ellas me dice siempre: ‘papá, ¿por qué eres siempre el malo? No puedo verte así, quiero verte en un papel bueno, porque tú eres así…’. Y mi otra hija es fan de las series de miedo y ciencia ficción y cuando vio la serie dijo que era buena, pero no me dijo que le había encantado. Espero captar su atención en esta segunda temporada de 30 Monedas (risas).

–¿Ha tenido contacto con los compañeros de Friends con el paso de los años?

–Estar en contacto sería una 'megamentira' porque tienen una vida muy compleja y no vivo allí. Pero hace cinco o seis años a mí me llevaron a una fiesta en Los Ángeles sin decirme adónde íbamos. De repente me encontré en la casa de Courteney Cox. Fueron muy cariñosos conmigo. Siempre ha habido una relación especial porque nos conocimos cuando la serie no era famosa y me tratan siempre como si no hubiera pasado el tiempo.