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Los juegos del hambre: balada de pájaros cantores y serpientes ya está en los cinesVértice

Cine

'Los juegos del hambre: balada de pájaros cantores y serpientes': una precuela digna y entretenida

La cinta habla de la compasión y critica el clasismo despiadado

La historia se repite. La historia de La guerra de las galaxias. Entre 2012 y 2015 se nos ofrecieron tres entregas de Los juegos del hambre, la adaptación de la trilogía literaria de Suzanne Collins. Una de ellas, la última (Sinsajo), dividida en dos partes. Ahora le llega el turno a las precuelas. De momento… una, la que nos ocupa, pero que queda descaradamente inconclusa en espera de resultados de taquilla para dar pie a su casi segura continuación.

El argumento de esta entrega se sitúa 64 años antes de los hechos narrados en la cinta de 2012. El protagonista es Coriolanus Snow (Tom Blyth), el que será el villano Presidente de la trilogía ya estrenada. Pero en esta ocasión no es el malo, es el héroe, generoso y bondadoso. Aún no sabemos que le sucederá para convertirse en el malvado Presidente. Otra vez se repite la historia, la de Darth Vader en Star Wars, el buen Jedi que se pasó al lado oscuro. Coriolanus procede de una poderosa familia venida a menos, y es hijo de un famoso militar caído en desgracia. Por ello, su familia le prepara para que sea el mejor de su promoción universitaria y devuelva el relumbrón familiar. Consigue ser un alumno tan brillante que es elegido para hacer de Mentor de un Tributo -seleccionado al azar en los distritos pobres- en la décima edición de Los juegos del Hambre, que recordemos que es un juego que en el fondo castiga y humilla a los distritos rebeldes. Pero le toca en suerte ser Mentor de una chica indómita y levantisca del peor distrito de todos. Ella es Lucy Gray (Rachel Zegler). La misión de Coriolanus como mentor es preparar a Lucy para que triunfe -es decir, sobreviva- en ese circo romano de gladiadores que es en realidad la arena de los juegos. Como puede imaginar el lector, entre ellos surgirá algo más que una relación impuesta e interesada.

La película está estructurada en tres partes muy diferenciadas. En la primera vamos de la infancia de Coriolanus a su misión de mentor; en la segunda se desarrolla toda la relación con Lucy previa a los juegos, y la tercera, la que depara más sorpresas, nos lleva a lo que sucede tras los juegos. Cada parte tiene un estilo diferente, con una puesta en escena propia. En ese sentido la cinta va de la luz a la oscuridad, dejándonos al final en el desasosegador umbral de una nueva entrega. La cinta plantea dilemas morales, pone a prueba la virtud de la confianza, habla de la compasión y critica el clasismo despiadado que convierte al diferente en alguien indigno de consideración.

La cinta es entretenida, con momentos visuales poderosos -y aterradores, como la secuencia de las serpientes-, escenas románticas y momentos de intensa acción. Destacan las escenas musicales en las que la actriz y cantante Rachel Zegler nos deleita con una voz prodigiosa en las diversas canciones que interpreta en el film. Ya anunció su potencial en la memorable encarnación de María en West Side Story, bajo la batuta de Spielberg. Menos conocido es Tom Blyth, que debuta como protagonista en una película, y que trabaja con corrección aunque es eclipsado en las escenas que comparte con Zegler. Entre los secundarios destacamos a la famosa actriz y activista trans Hunter Schafer (Euphoria), que interpreta a Tigris, prima de Coriolanus y personaje importante en la saga.

Para muchos esta es la mejor entrega de la saga, afirmación siempre discutible. Pero no cabe duda de que es una película bien armada, que funciona y que deja con ganas de la siguiente entrega. No es de extrañar, pues el director, Francis Lawrence, no solo dirigió las tres entregas previas, sino que su oficio se demuestra en títulos como Soy Leyenda, Agua para elefantes o Gorrión rojo -todas con buenas dosis de desasosiego-. Por otra parte, su habilidad para las secuencias musicales se ha forjado en los videoclips que ha dirigido para artistas como Beyoncé, Lady Gaga, Britney Spears o Jennifer López, entre otras.