Chenoa gana la Gala 0 de ‘Operación Triunfo’

Ha vuelto Operación Triunfo. Lo ha hecho en un terreno virgen, en una plataforma: Amazon Prime Video. Es el signo de los tiempos, que diría el artista antes conocido como Prince, en paz descanse. La gala tuvo un ritmo frenético, muy TikTok. Y fue ese frenesí, ese acelere, ese estrés, el que convirtió el espectáculo en monótono. En esta Gala 0 se trataba de echar a dos de los 18 aspirantes que superaron el casting final, de testar por dónde sopla el aire del jurado y de juzgar a Chenoa en labores de presentación.

Según empezó la gala, comprobamos tres novedades importantes: que la sintonía es nueva, que la cámara se mueve más que los precios en la Argentina y que la iluminación es no apta para migrañosos (que somos legión).

En el primer turno, los profesores fueron justos. Hubo tres actuaciones que sobresalieron y fueron recompensadas con pases directos a la academia. Fueron las de Martin, un muchacho que quiere ser Travolta; Violeta, que en otra edición se quedó a las puertas de la gala 0; y, sobre todo, la de Paul, que tras una exhibición vocal con el Way Down We Go de Kaleo dio otra, pero de despapajo, ante el micrófono de Chenoa. Este aspirante es, por cierto, del mismo pueblo que Rosa, pero no había nacido cuando su paisana ganó el concurso. Fueron todas ellas actuaciones fugaces, pues, en aras del ritmo, se segaron sin piedad las canciones.

Aún quedaban trece plazas más. Once de ellas las concedió un jurado donde no hay ningún Risto de la vida, sino todo lo contrario. Son todos jueces blandiblú: la cantante Concha Buika, el productor musical Pablo Rouss y la locutora de radio Cris Regatero repartieron elogios y preguntas muy guionizadas. Hay una plaza rotatoria, la asumida este primer lunes por la cantante brasileña Anitta, en el papel de invitada y también de maría. Este jurado repartió cuatro de esos billetes de golpe: Bea, Chiara, Juanjo y Ruslana. Y después, uno a uno, otros siete. El cuarto pase de los profesores, liderados por Noemí Galera, fue para Denna.

En manos de los votos de los espectadores quedaron Álvaro Mayo, Edu y Lina de Sol. Solo uno de ellos podía cruzar la pasarela. Fue el primero, con un 48% de los sufragios telemáticos. No hubo lágrimas en los ojos de Edu y Lina de Sol, pese a morir en la orilla, pese a haber superado un casting de 13.000 personas para quedarse a las puertas de la academia.

La que les dio la mala nueva a Edu y a Lina de Sol fue la gran protagonista de la noche. Hablamos de Chenoa. Todos los que vimos Operación Triunfo 2001 sabemos que si la academia llega a ser la casa de Gran Hermano ella habría sido la primera eliminada por el público con el 75 % de los votos. No caía bien: la recordamos como cortante y tensa, aunque su amorío con Bisbal ayudó a mejorar algo su imagen. Por eso, porque sabemos cómo fue en 2001, sorprende verla ahora tan afanada en caer bien. Esta vez gustó desde el principio, según la vimos vestida con una chaqueta en cuya solapa lucía el 89, uniendo pasado y presente. Hasta se toleró píldoras de humor, como cuando lució su acento argentino en su conversación con el uruguayo Lucas y, cuando ya aquello parecía demasiado, fue más allá y le preguntó qué ocurriría con su novia si él entrase en la academia: «No voy a decirlo por experiencia personal», dejó caer Chenoa y las risas resonaron en el plató y en todas las casas salvo en la Mansión Bisbal. Nos gustó también verla al borde de las lágrimas cuando los primeros aspirantes cruzaron, al fin, las puertas de la academia: «Perdonadme que me emocione un pelín. Se me han venido todos los recuerdos encima», desveló, y todos viajamos con ella a 2001. Hace 22 años. Hay varios concursantes que aún no habían nacido.

«Para mí ha sido una noche brutalmente especial en mi vida. Gracias por eso», se despidió, todavía emocionada, entre los gritos de «Chenoa» del público del plató. «Por favor, sed felices, que la vida es una», cerró una gala en la que ella también cruzó la pasarela. Este año, al fin, como favorita del público.